Un error frecuente que cometen algunos padres, es el no dar a sus hijos aquellos alimentos que no les gustan comer.
“Es algo lógico porque normalmente nadie compra en un mercado algo que no le gusta, si un alimento no está en casa difícilmente llegará al plato de nuestros hijos. Sin embargo, lo único que conseguimos es limitar la oferta nutricional, limitar la dieta y a veces incluso hacer que carezca de algunos alimentos muy recomendables y necesarios para su crecimiento normal”, señala la nutricionista y directora de la Red Peruana de Alimentación y Nutrición, Faviola Jimenez.
Educando el paladar de los niños:
Cuando a un niño no le gusta un alimento o come algo desconocido lo normal es que ponga mala cara o no quiera seguir probando.
“Si un alimento se le va ofreciendo a un niño de tanto en cuanto, el paladar se acaba acostumbrando a esos sabores y lo que estaba muy malo el primer día no está tan malo después. Lo ideal es darle al niño el mismo alimento en diferentes presentaciones”, asegura Jimenez.
Algunas recomendaciones:
• Por lo menos un niño deberá probar diez veces un alimento para saber si le gusta o no
• Cuando le demos algo nuevo debemos tener paciencia y ver cómo reacciona la próxima vez
• Puede ser útil aplicarnos el cuento y probar aquellas cosas que no comemos porque en su día no las probamos lo suficiente o porque existe costumbre
• Quizás así consigamos una dieta más rica y variada y, como efecto secundario, consigamos que nuestros hijos tengan también una dieta con más alimentos disponibles.
“Los niños deben probar y comer todo tipo de alimento, carnes, vísceras, frutas y verduras, si a los padres no les gusta, no deben pensar en su estómago sino en lo que será mejor para su hijo”, puntualizó.
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