Los ejercicios han suscitado fuertes protestas de Corea del Norte, que afirmó a través de sus medios oficiales que las maniobras "serían una clara violación del espíritu" de lo acordado en la cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un el pasado 30 de junio.
Los ejércitos de Corea del Sur y de Estados Unidos iniciaron este domingo unas maniobras conjuntas contra las que el régimen de Corea del Norte ha mostrado un firme rechazo, y después de que este realizara tres ensayos de misiles en las últimas dos semanas.
Los dos aliados realizan sus habituales maniobras castrenses en un nuevo formato tras decidir reducir su escala a raíz de lo acordado en las cumbres intercoreanas y en las reuniones entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, con vistas a reducir la tensión y contribuir al diálogo.
Los nuevos ejercicios, llamados Dong Maeng y que sustituyen a los antes denominados Key Resolve y Foal Eegle, se prolongarán durante unas dos semanas e incluirán un simulacro de situaciones de emergencia militar en la península de Corea, según anunció en la víspera el mando del Estado Mayor Conjunto surcoreano.
Pese a que cuentan con un menor despliegue de efectivos que en años anteriores, los ejercicios han suscitado fuertes protestas de Corea del Norte, que afirmó a través de sus medios oficiales que las maniobras "serían una clara violación del espíritu" de lo acordado en la cumbre improvisada entre Trump y Kim el pasado 30 de junio.
Además, en las últimas dos semanas el régimen de Pionyang ejecutó tres ensayos con proyectiles balísticos de corto alcance, y calificó estas pruebas como "una solemne advertencia" a Seúl por sus maniobras previstas con Washington y como una forma de perfeccionar un "nuevo sistema de lanzacohetes teledirigido de gran calibre".
Esta sucesión de pruebas armamentísticas se produjo mientras Pionyang y Washington trataban de reactivar las negociaciones sobre desnuclearización de la península de Corea, otro de los puntos a los que se comprometieron Kim y Trump en su cumbre bilateral en la frontera intercoreana de junio.
El propio Trump volvió a restar importancia a los ensayos al señalar el pasado viernes que ambos líderes nunca acordaron el cese de las pruebas de este tipo, aunque admitió que los test violan las resoluciones de la ONU, mientras que el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, dijo que ambas partes mantenían sus canales de comunicación abiertos.
EFE
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