La banda BTS aporta miles de millones de dólares a Corea del Sur, pero deberán poner un alto a su exitosa carrera para cumplir el servicio militar obligatorio. Esto podría cambiar próximamente.
Aunque aportan miles de millones de dólares a la economía surcoreana, los siete chicos del grupo BTS, 'boy band' de k-pop que arrasa en todo el mundo, tendrán que pasar casi dos años en el ejército para cumplir el servicio militar obligatorio. Lo que podría suponer consecuencias negativas en su carrera.
Solo unos pocos privilegiados, como el futbolista de Tottenham Son Heung-min o el pianista Cho Seung-jin, evitan esa obligación en virtud de un polémico sistema de exenciones. Los deportistas con medallas olímpicas o el oro en los Juegos Asiáticos y los artistas que acaban primeros o segundos en una de las 27 competiciones internacionales quedan exentos.
Los jóvenes surcoreanos tienen que cumplir el servicio militar durante 21 meses. Durante ese tiempo, no tienen acceso a los celulares, pasan largas horas en los puestos de centinela y muchas veces están confinados en sus bases, lo que favorece los abusos y la explotación por parte de sus superiores.
Algunos creen que el sistema recompensa demasiado a los deportistas y piden extender los criterios a las estrellas de k-pop, teniendo en cuenta las ganancias económicas y culturales que aportan.
Un gran ejemplo de ello es la banda BTS, una de las exportaciones musicales más lucrativas y famosas de Corea del Sur. En diciembre pasado, el Instituto de investigación Hyundai de Seúl estimó en US$ 3.600 millones las ganancias económicas del grupo. BTS es la razón por la que un turista extranjero de cada 13 visitó Corea del Sur en 2017.
PROHIBIDO REGRESAR
"Si los cantantes de ópera pueden beneficiarse de las exenciones, los cantantes de k-pop tendrían que sacar provecho también, conforme al principio de igualdad", declaró el diputado Ha Tae-kyoung.
En el mundo del espectáculo, el éxito de los músicos puede saltar en pedazos si se descubre que intentaron escapar al servicio militar.
En 2002, Steve Yoo, un popular cantante de k-pop de los años 1990, obtuvo la nacionalidad estadounidense, renunciando automáticamente a la surcoreana, lo que le dispensó de la obligación militar.
Su decisión causó un escándalo en el país y, dos semanas más tarde, el ministerio de Justicia le prohibió regresar al país, una restricción que sigue actualmente vigente.
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