Según el reciente informe del INEI, la prevalencia de la anemia, una afección que limita el desarrollo cognitivo de los niños, está en aumento entre los peruanos.
El reciente informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) sobre la evolución de la pobreza monetaria muestra que en el año 2023 la anemia en el país alcanzó al 43.1% de los bebés y niños menores de tres años de edad, superando la cifra del 40% que se registró en 2020, un año que fue difícil debido a la pandemia de la COVID-19.
"Cuando Franklin, mi hijo, estaba en inicial sí le enviaba su lonchera nutritiva, como sus huevos sancochados, su quinua, a veces sus siete semillas con leche. Pero ahora que mi otro hijo también ha ingresado al colegio, ya le tengo que enviar un poco menos. A veces a Franklin le envío un pan, a veces infusiones. He dejado de darle una lonchera nutritiva porque las cosas están caras", relata una de las madres de familia.
Se trata de Liseth Quispe, de 29 años, que vive en el asentamiento humano Basilio Auqui, situado en la localidad de Jicamarca. Según registros de la Red Integrada de Salud de esta zona de la provincia de Huarochirí, en dicho sector se han identificado 993 casos de anemia en niños y adolescentes. Entre ellos están los hijos de Liseth, de siete y cinco años de edad.
En su caso, la lonchera escolar varió debido a cuestiones económicas. Anteriormente preparaba dos huevos sancochados para cada uno de ellos, pero esto tuvo que reducirse a uno para cada uno.
El huevo de gallina es uno de los alimentos más nutritivos. Sin embargo, en Perú, de febrero a abril de este año, el precio del kilo de este producto ha aumentado de S/ 6,90 a S/ 9 en Lima Metropolitana, según cifras del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
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La nutrición en el Perú
Un solo huevo aporta seis gramos de proteína y 14 nutrientes esenciales. Por tanto, surge la pregunta: ¿es posible sustituir este alimento?
"En el caso del huevo, lo que más tendría aporte de hierro sería la yema, pero tenemos que darle una alimentación variada al niño. En este caso, por el tema de los costos, iríamos más por las vísceras, la sangrecita, vasos. Esta sería la alternativa más accesible que podrían ingerir y variar en preparaciones. En realidad, la sangrecita es un alimento muy versátil. Incluso ahora hacen hasta queques, panqueques. Se puede hacer arroz tapado de sangresita, chaufa de sangrecita", explicó la nutricionista Giulianna Saldarriaga.
Un alimento que siempre acompaña a las familias en la hora del almuerzo es el arroz. En promedio, el peruano consume 54 kilos de este cereal al año. Aprovechando su popularidad, ahora se le emplea para la prevención de la anemia.
Se trata del denominado "arroz fortificado", procesado con vitaminas y minerales que hoy en día se distribuye para los programas Cuna Más y Qaliwarma. Al respecto, la nutricionista Patty Velarde, del Instituto Nacional de Salud, considera que este producto también debe ser distribuido a las ollas comunes.
"A estos arroces que están quebrados se muelen y se forma una harina, mezcla con un premix de vitaminas y minerales (vitamina A, vitamina D, vitaminas del complejo B, entre ellas el ácido fólico, hierro). A ello, en un 2% se añade al arroz común y corriente. Los programas sociales ya lo tienen incorporado y están comprando el arroz fortificado tanto Qaliwarma como Cuna más. Esperemos que también las ollas comunes comiencen a utilizar este arroz fortificado", aseveró.
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Perú es el país con la inseguridad alimentaria más alta de Sudamérica
En 2022, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que el Perú es el país con la inseguridad alimentaria más alta de Sudamérica, debido al acelerado incremento de la pobreza.
La anemia sigue siendo un desafío en el país, y entre otros factores, es consecuencia del nivel de pobreza monetaria de la población, que a la fecha alcanzan los 9 millones de personas, según cifras del INEI.
La falta de acceso a alimentos nutritivos y asequibles tiene un impacto significativo en la salud de niños y adultos. Es por eso que la atención del Estado se hace prioritaria, sobre todo en aquellos sectores donde cada día tienen más dificultades para —como suele decirse— llevar un pan a la mesa.
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