Una persona atrapada por horas en un bus de transporte público está expuesta a un intenso estrés y angustia que pueden provocar otros problemas de salud. Ordenar la cogestión vehicular será una de las grandes tareas de los nuevos alcaldes y gobernadores regionales.
Cuatro horas atrapado en el tráfico pierde diariamente Mario Gutiérrez al trasladarse desde Lima Norte hasta el centro de capital. Muchos otros ciudadanos enfrentan la misma realidad al movilizarse a sus centros de trabajo. El tiempo pasa y el caos que se desata en la capital se agrava y se replica en otras regiones como Arequipa, Cusco y Trujillo.
Una reciente investigación de la fundación Transitemos indica que el 38% de la de la población de Lima que se moviliza en transporte público pierde entre 1 hora con 30 y 1 hora con 50 minutos atrapados en el tráfico. "Esto nos lleva a que una persona promedio pierde 20 días de su vida atrapada en el tráfico al año", dice Alfonso Flores, presidente de esta organización.
En Lima son 45 las zonas que más congestión vehicular registran, según la Policía de Tránsito. Algunas de ellas son: el cruce de las avenidas El Derby y Manuel Olguín, el óvalo de Santa Anita, la intersección de las avenidas Canadá y Nicolás Arriola y Plaza Unión.
Alfonso Flores señala que ante el deficiente sistema de transporte público que no satisface las necesidades de los usuarios, proliferan los vehículos pequeños de transporte privado que colman las pistas.
"Lo que ha aumentado y lo que ha agravado la crisis es la cantidad de vehículos de baja ocupación, llámese taxis y colectivos, que llevan una, dos, tres personas, versus un bus que lleva cien. Está creciendo mucho la cantidad de vehículos privados e informales que llevan poco pasajeros", dice.
De acuerdo con la Superintendencia Nacional de Registros Públicos, solo hasta el 2015 en Lima y Callao había cerca de 1 millón 700 mil vehículos registrados, de los cuales 1 millón eran automóviles y station wagon.
Una persona atrapada por horas en un bus de transporte público que no puede llegar puntual a su destino está expuesta a un intenso estrés y angustia que pueden provocar otros problemas de salud, tal como lo advierte el decano del Colegio de Psicólogos, Belisario Zanabria.
"No puede ser tan responsable como quisiera, no puede ser tan puntual como quisiera. Al estar sometido por largo tiempo a estrés y tensión, empieza a somatizar, con cefaleas, mareos, dificultades respiratorias, dificultades gastrointestinales", explica.
Los ciudadanos esperan que la solución al caos vehicular insostenible sea una de las primeras acciones que sus nuevas autoridades ejecuten. Un problema de estructura que afecta su calidad de vida y que demanda inmediata atención.
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