Solo en Loreto y Ucayali, más de 70 mil personas se benefician de la pesca y acuicultura. ¿Cómo fortalecer estos sectores productivos para contribuir con el desarrollo económico del país? Aquí te lo contamos.
Sin duda, los primeros meses del 2022 fueron productivos para sectores como el de alojamiento y restaurantes que creció 49% en comparación al año anterior o el de transporte que aumentó en 12%; sin embargo, otras actividades como la pesca y acuicultura registraron una disminución del 26%, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Precisamente, son estos dos los sectores de mayor trascendencia para el crecimiento económico de nuestra Amazonía. Así lo explicó Brenda Toledo, gerenta del Fondo Mundial para la Naturaleza en el Perú (WWF Perú) y secretaria técnica del Consejo Amazónico para el Desarrollo de la Pesca, Acuicultura y Mypes en el Perú (CADAP) para el programa La rotativa del Aire de RPP.
Sostuvo que, solo en las regiones de Loreto y Ucayali, más de 70 mil personas se benefician de la pesca y acuicultura. Sobre la primera actividad, la Organización de los Estados Americanos (OAS) resalta que los peces proveen de al menos 60% de proteínas animales a los habitantes de las zonas ribereñas, constituyéndose así en uno de sus alimentos más tradicionales.
Respecto a la acuicultura, entendida como el cultivo de organismos acuáticos bajo condiciones controladas, el Ministerio de la Producción (Produce) destaca que se trata de un sector competitivo, diversificado, económica y socialmente viable y ambientalmente sostenible en el tiempo, el cual, además, contribuye en la seguridad alimentaria de todo el país.
¿Cómo reactivar estos sectores?
Debido a su fundamental aporte para la canasta básica, Toledo advierte que no se debe aislar a los principales sectores productivos de la Amazonía en el desarrollo económico a nivel nacional. Para ello, planteó tres medidas que pueden seguir potenciando el crecimiento de estas actividades
1. Fortalecer la normativa
La especialista señaló que el primer paso es fortalecer la normativa trabajada desde el Ministerio de la Producción: “Produce tiene mucho interés en poner como tema prioritario la actualización del ornamento pesquero de la Amazonía”. En esa línea, añadió la importancia de la formación del Consejo Amazónico para el Desarrollo de la Pesca, Acuicultura y Mypes en el Perú (CADAP).
El CADAP está integrado por las 13 regiones con territorio amazónico del país, y se están incluyendo sus comentarios para actualizar la norma correspondiente a pesca y acuicultura, explicó Toledo. Esta ley está en proceso hace 14 años y es liderada por el Despacho Viceministerial de Pesca y Acuicultura con el fin de promover su comercio e industrialización.
2. Fomentar la investigación e innovación
Una de las cualidades de la acuicultura es su capacidad de incrementar la proteína de buena calidad a un precio accesible para todos, indica Produce. Este gabinete agrega que, mediante tecnologías de cultivo de nuevas especies, se generan aportes económicos importantes, lo cual dinamiza los sectores público y privado que colaboran estrechamente entre sí.
La gerenta de WWF Perú destacó la necesidad de fortalecer la investigación e innovación para impulsar el crecimiento de estas dos actividades. Para el caso de la pesca, un sector en el que, según la OAS, prácticamente todas las personas que viven en los asentamientos ribereños se dedican a ella en algún momento del año, la productividad tendría un incremento notable.
Toledo reveló que se viene trabajando en alianza con distintas instituciones: “Estas 13 regiones [del CADAP] se reunieron con representantes del Instituto del Mar Peruano (Imarpe) y del Instituto de Investigación para la Amazonía Peruana (IIAP) e incluso con otras instituciones de innovación en la Amazonía y generaron una agenda de investigación e innovación tanto pesca, acuicultura y mypes”.
3. Alianzas con actores claves de la región
Desde el Imarpe estiman que la pesca artesanal y comercial concentran el 75% y del 25% del volumen de pescado desembarcado cada año en la Amazonía, respectivamente. Explican que, debido a una falta de planificación, las capturas anuales de varias especies de alto valor económico han disminuido en las últimas décadas.
Este crecimiento desregulado se refleja en el 93% de informalidad que registró la pesca durante el 2021, de acuerdo con el INEI. Toledo reconoció que se trata de un problema complejo, pero asegura que puede ser una oportunidad para llevar a cabo una gobernanza más cercana y generar alianzas con actores claves en la región, como los consejos locales de vigilancia pesquera.
“Desde WWF creemos que un trabajo articulado, donde las direcciones de producción y los propios productores, en un proceso cercano con el Ministerio de la Producción, es lo que va a permitir esta reducción de brechas de informalidad”, indicó. Solo así, detalló, se podrá aprovechar el potencial sostenible de las cadenas de valor de ambos sectores en un contexto de cambio climático.
Comparte esta noticia