El profesor de Relaciones Internacionales de la PUCP, Oscar Vidarte, precisó que la intervención de la OEA ha sido importante para el Perú en al menos dos ocasiones: el autogolpe de 1992 y el fin del gobierno de Alberto Fujimori en el 2000.
El profesor de Relaciones Internacionales PUCP, Oscar Vidarte, se refirió al grupo de alto nivel de la Organización de Estados Americanos (OEA) que llegó a la capital tras la solicitud del presidente Pedro Castillo para activar la carta democrática. Vidarte precisó que el organismo internacional ha tenido mucho cuidado a la hora de elegir a los miembros de comisión enviada a Lima para tener legitimidad.
"El perfil de algunos gobiernos en la región como Guatemala, El Salvador, desde un espectro, y Venezuela y Nicaragua, desde otro espectro, no es el más favorable para que conformen esta delegación. A pesar de esto creo que la OEA ha tratado de tener mucho cuidado en darle legitimidad a su misión y para ello ha tratado de conformar una que reúna diversas perspectivas con respecto al Perú", dijo en Ampliación de Noticias de RPP.
"En la reunión que hubo en el Consejo Permanente hace ya unas semanas se vio que había dos tendencias: un grupo de países que básicamente trataban de apoyar al régimen del presidente Castillo y otro grupo de países que hacían énfasis en la institucionalidad democrática. Creo que, al margen de lo que se señaló, este grupo reúne esas dos tendencias en un equilibrio bastante interesante, que le da legitimidad y le ha permitido que no existan críticas", agregó.
Importancia de la OEA
Vidarte dijo no estar seguro sobre el impacto que tendría la misión de la OEA en Perú. No obstante, rescató su importancia en dos procesos históricos de nuestra historia: el autogolpe de 1992 y el fin del gobierno de Alberto Fujimori en el 2000.
"Nadie sabe qué va a pasar. No somos un oráculo para poder adivinar si esta misión va a tener algún tipo de impacto en nuestro país. Pero si uno analiza, por ejemplo, el papel que ha tenido la OEA en escenarios similares que vivió el Perú en anteriores ocasiones —pienso en el 92, en el autogolpe, en el 2000, en el contexto del final del gobierno de Fujimori— creo que el balance es bastante positivo. En el 92 logró que Fujimori regrese a la democracia y en el 2000 generó una mesa de diálogo que en su momento fue muy importante. Esas dos experiencias en el caso peruano se deben tomar en cuenta para tener algún tipo de perspectiva positiva", aseveró.
Finalmente, remarcó que la situación política nacional es cada vez más completa, por lo que consideró necesaria la intervención de organismos internacionales como la OEA.
"Además, hay la perspectiva comparada de situaciones en donde organismos internacionales han jugado un papel importante. Claro que existen limitaciones, por supuesto. La OEA no es perfecta. Hay críticas sobre el secretario general y un posicionamiento político de los países de la región que puede favorecer al presidente Castillo, totalmente. La OEA es un foro intergubernamental de debate político y eso ha generado que tenga muchas limitaciones para defender la democracia. Sin embargo, las posibilidades en el Perú para llegar a un acuerdo político se reducen cada vez menos y la verdad es que no hay democracia que aguante tanto", culminó.
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