Se plantea en primer lugar la generalización de la capitalización individual ¿Qué significa esto? Que cada ciudadano tendrá una cuenta en donde verá en línea o por mensajes de texto, cuanto posee para su retiro. Esto ya lo tiene la minoría que está afiliada a las AFPs.
En segundo lugar, planteamos migrar hacia un sistema contributivo indirecto a través del pago digitalizado del IGV, considerando una porción de lo que se paga cuando se compra y se obtiene una boleta electrónica como contribución. Para ello todos lo peruanos deben llegar a tener una billetera electrónica asociada a sus celulares. Así se va a incentivar a reclamar boleta electrónica y se podrá reducir las cotizaciones directas. Esto será una revolución para eliminar progresivamente la predominancia de la informalidad.
En tercer lugar, vamos a proponer tres pilares: el pilar no contributivo (pensión 65) que aspiramos sea mayor hasta alcanzar el sueldo mínimo, el pilar contributivo obligatorio y el pilar contributivo voluntario. El pilar contributivo obligatorio debe ser calculado caso por caso a través de un algoritmo que calcule la proyección de, digamos, dos sueldos mínimos asegurados para el retiro. Por encima de ello no debemos exigir cotización obligatoria. Y el pilar contributivo voluntario puede incentivarse con deducciones del impuesto a la renta.
Sin lugar a duda, el sistema público (ONP) debe reformarse. Para empezar, debe adherirse a la capitalización individual. Una posibilidad es que el Banco Central y la SBS formen una gestora para administrar todos los fondos del pilar obligatorio bajo capitalización individual. La idea sería que esta gestora pública profesional, invierta en activos de bajo riesgo y que este mega-fondo público suscriba bonos de deuda pública y sea el propietario de las empresas estatales (debidamente reformadas para que sean rentables).
Terminar con el oligopolio de las AFPs y abrir la gestión de los fondos voluntarios a la competencia. También proponemos la creación de un producto financiero de retiro que puedan a ofrecer los bancos (una suerte de deposito a plazo fijo) para que los bancos compitan.
Debemos tomar en cuenta que las AFPs han hecho un gran negocio concentrando una demanda forzosa de fondos a todo nivel de ingreso y cobrando comisiones altísimas y poco transparentes. Un Fondo Mutuo cobra entre 1% y 2% de comisión sobre el fondo administrado. Si bien ahora las AFPs cobran una comisión mixta (sobre los aportes y sobre el saldo), el promedio sigue siendo demasiado alto. Han ganado un montón de dinero incluso en el año de pandemia y a pesar del retiro que se dispuso (que dijeron que iba a “destruir la economía” en su campaña de prensa anterior).
Eso explica los avisos pagados, la contratación economistas para que opinen “técnicamente” en favor de ellas. La campaña del miedo que han generado sobre la posibilidad que se estaticen los fondos es inaceptable. También es inaceptable que hayan hecho campaña para que no se devuelva los aportes a los afiliados a las ONP.
El gobierno de APP va a terminar con esta suerte de mercantilismo financiero vigente. El tema de las pensiones, que ha excluido prácticamente al 80% de la población, es un reflejo del carácter elitista de este modelo que tenemos que cambiar hacia uno que fomente el capitalismo popular.
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