Estimado equipo:
Este país se ha forjado gracia a las luchas que muchos peruanos han librado por alcanzar una sociedad más justa. La lucha por adquirir y defender nuestros derechos, por recuperar y sostener la democracia y la lucha constante por sacar de la pobreza a miles de peruanos. Pero quizás la más importante es aquella que continuamos librando por asegurar una educación de calidad para todos.
Esta lucha se ha vuelto más dura y decisiva en los últimos años. Paso a paso y con mucha persistencia, hemos logrado sacar adelante una reforma educativa que es el mejor ejemplo de una política de Estado que trasciende gobiernos.
Por ello, cuando hace ocho meses recibí el encargo del Presidente de liderar este sector, no dudé en asumir el reto, lo acepté por convicción y compromiso con mi país y con la posibilidad de contribuir a que esta reforma educativa continúe.
El camino no ha sido fácil y tuvimos que enfrentarnos a importantes retos. Uno de ellos, sin duda, fue el fenómeno de El Niño Costero. Como país nos volvimos una sola fuerza y como Ministerio tuvimos el enorme encargo de restablecer el servicio educativo en las regiones más afectadas. Soy testigo del esfuerzo, de las horas trabajadas y del empuje de todas las áreas que contribuyeron a que millones de estudiantes retomen el año escolar.
Defender el Currículo Nacional y el enfoque de igualdad de género ha sido también una de las batallas que nos tocó librar, la cual debemos seguir luchando. Aunque algunos no quieran reconocerlo, este país sigue siendo misógino y violento. Seguimos siendo un país que normaliza el machismo y que castiga y discrimina la diferencia. Ello solo podrá corregirse a través de la educación, por eso no dudé en ningún momento en defender la igualdad y el respeto para todos los peruanos.
Por otro lado, la huelga magisterial significó el reto más grande durante mi gestión. El cuestionamiento que recibió la Ley de la Reforma Magisterial y la meritocracia ha sido un duro golpe para la reforma educativa, política de Estado que ha trascendido varios gobiernos. Defender la Evaluación de Desempeño no es un capricho ni un antojo, es un deber que como sector debemos sostener. La meritocracia, querido equipo, no se negocia, es irrenunciable.
Hoy me voy con la satisfacción de haber defendido aquello por lo que acepté el cargo de ministra, que es la continuidad de la reforma educativa. Me voy sabiendo que hemos contribuido a posicionar como prioridad la educación inicial, la educación rural y el fortalecimiento de la educación tecnológica, grandes deudas que como Estado aún tenemos. Pero me voy también con un sentimiento de impotencia, porque me hubiera gustado acompañar el proceso de implementación de estas políticas y celebrar junto a ustedes los logros alcanzados en beneficio de nuestros estudiantes.
Todos queremos un Perú diferente, un Perú donde sus ciudadanos sean agentes de cambio que rompan el círculo de abuso, de violencia y de mediocridad que hoy vivimos. En ese camino, debemos seguir trabajando para elevar la calidad de la educación de nuestro país. Las grandes transformaciones no se realizan de un día para otro ni suelen ser populares. Por eso, querido equipo, el país necesita de un Ministerio de Educación sólido, que defienda la política educativa más allá de las personas y de los intereses particulares.
Quiero finalizar compartiendo con ustedes que en esta experiencia he visto reflejados tres valores fundamentales que siempre me han acompañado a lo largo de la vida: la lealtad, que en este tiempo encontré en cada una de las personas que se mantuvieron a mi lado; el compromiso sincero de cada uno de ustedes, quienes desde sus funciones vienen dando todo por alcanzar una educación de calidad; y la confianza que tuvo el Presidente en mí y que yo deposité en todos ustedes.
Hoy quiero decirles que estoy muy orgullosa de haber liderado este equipo de grandes profesionales y que me siento honrada de haber trabajado junto a ustedes. En los momentos más duros y complicados fueron mi fortaleza y estoy segura de que lo serán con el ministro o la ministra que me suceda.
Sigamos trabajando por una educación de calidad, no nos rindamos ante la mediocridad de quienes quieren el aplauso fácil. Defender la educación es defender el futuro de nuestros estudiantes. Este es nuestro compromiso. Muchas gracias.