El gobierno local de Shenzhen ha determinado que todos los perros de la provincia del sur de China deben llevar un microchip implantado bajo el cuello.
El cuidado de las mascotas propone varios retos, y muchas soluciones que provienen de la tecnología han ayudado a reducir el estrés en el uso de recursos. El gobierno local de Shenzhen, al sur de China, determinó que todos los perros de esa jurisdicción deben llevar un chip subcutáneo por seguridad, una práctica que viene fomentándose en algunas ciudades del mundo.
De acuerdo con la Oficina de Administración Urbana de Shenzhen, se han habilitado estaciones de inyección en distintas veterinarias de la ciudad, en donde los ciudadanos podrán implantar un chip bajo el cuello del perro durante 2020, salvo a cachorros menores de tres meses, perros enfermos o aquellos que pesen menos de dos kilos de peso
Este chip tiene una vida útil de 15 años y es del tamaño de un grano de arroz. Al ser escaneado por autoridades, revela un número de 15 dígitos que identifica al dueño, información de contacto, el nombre del perro y su raza. Este sistema, cuya instalación es realizada en pocos segundos, también puede ser removido.
Si bien las autoridades pueden acceder a la data alojada mediante un equipo de radiofrecuencia, este componente no es capaz de registrar la ubicación del can. Pese a que existen firmas tecnológicas de renombre en la ciudad, los usuarios apuestan por la importación de chips suecos y estadounidenses.
Esto es parte de un programa de control de animales impuesto por Shenzhen, debido al incremento de mascotas en el último año. De acuerdo con reportes estadísticos, existen más de 200 mil perros y gatos en esta zona de China, que cuenta con 20 millones de habitantes.
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