Mediante el uso de redes antagónicas, los creadores de South Park se unieron al comediante Peter Serafinowicz para desarrollar “Sassy Justice”, un programa realizado con Deep Fake.
En este par de años hemos visto cómo la tecnología para el reemplazo de rostros en video usando Inteligencia Artificial y redes de generación antagónica (Redes GAN) ha ganado terreno y ha simplificado los procesos de realización. Ahora, la valla vuelve a subir para esta herramienta gracias a “Sassy Justice”, la serie que usa Deep Fake para la creación de sus personajes.
Matt Stone y Trey Parker, creadores de la serie “South Park”, son los encargados de llevar a cabo esta producción y han reclutado al cómico británico Peter Serafinowicz para que sea la voz detrás de Fred Sassy, el presentador del ficticio noticiero de Channel 9 en Cheyenne, Wyoming. Si aun no habías notado el detalle, se usó el rostro del presidente Donald Trump para el Deep Fake.
“Antes de que apareciera la gran cosa aterradora del coronavirus, todos tenían tanto miedo a los deepfakes”, dijo Stone a New York Times. "Solo queríamos burlarnos de él porque lo hace menos aterrador".
Usando un lenguaje muy actual, como entrevistas por Zoom, el programa apela a versiones “Deep fake” de Al Gore, Michael Caine, Mark Zuckerberg y otras celebridades para hacerlas pasar como personajes reales.
Trey Parker señala que “realmente es esta nueva forma de animación para personas como nosotros, a quienes les gusta construir cosas en un nivel de plano a plano y tener control sobre cada actor y voz. Es un medio perfecto para nosotros ".
Los realizadores financiaron el proyecto de manera independiente y crearon “Deep Voodoo”, un estudio que cuenta con una plantilla de 20 artistas y técnicos de deepfake. Para Parker y Stone, este proyecto demandó una aceleración de tiempos para lograr emitir el primer episodio antes de las elecciones presidenciales y la nueva temporada de “South Park”.
Si bien el producto es impecable, preocupa la zona gris en que este programa se mueve en temas de legalidad de contenidos y demandas a futuro por usurpación de imagen. Estamos ante una nueva frontera en donde la realización de productos de ficción no permita determinar una línea entre la parodia y la realidad.
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