Las criptomonedas nacieron en 2008, pero cada año toman más fuerza y se posicionan como “el ente revolucionario” frente al dinero tal y como lo conocemos hasta el momento. ¿Cuál es su tecnología? ¿Tienen futuro o son una estafa?
Las criptomonedas se han convertido en un boom mediático a más de una década de su nacimiento. Todos hablan del bitcoin, el ethereum, Elon Musk y la posible descentralización del dinero mundial. Pero el camino ha sido largo y mantiene retos que superar mientras miles de personas se unen al movimiento en pro de la libertad financiera. Sin embargo, aún quedan muchas dudas. ¿De qué estamos hablando exactamente? ¿Son las criptomonedas realmente una opción sólida ante el dinero que conocemos?
Tecnología criptográfica
Las criptomonedas o criptodivisas son un medio de intercambio digital que utilizan la criptografía como tecnología principal de funcionamiento.
"Míralos como bienes o activos digitales que están diseñados de una manera especial tratando de imitar las características que tienen las monedas de curso legal. Tratan de tener, sobre todo, recipientes de valor, de tener la función que tiene una moneda en una economía. El tema es que no son emitidas por un banco central de ningún país. Al contrario, forman parte como lo que conocemos como DeFi o finanzas descentralizadas y que tratan de ser más inclusivas en el tema de empoderamiento económico a la persona. Se crean como proyectos dirigidos por personas o agrupación de personas", señala Jose Ravines, CEO de Invenio, empresa de consultoría financiera local.
Para entender su funcionamiento, el principal término que debemos tomar en cuenta es el blockchain o la cadena de bloques. Este es un registro único que se distribuye en nodos de red y es lo que mantiene el historial de cada una de las transacciones de una criptomoneda. Cualquier creación, compra, venta o transferencia de alguna divisa se escribe en ella, volviéndose parte fundamental del proceso criptográfico.
“El ejemplo que se suele dar para explicar esto es un gran libro contable en donde se van anotando todas las transacciones que hacen todas las cuentas con sus respectivos saldos, pero que está distribuido en nodos alrededor del mundo. Además, estamos hablando de un código abierto que puede ser accedido por cualquier persona que lo plantee”, dice Emiliano Limia, Press Officer para Latinoamérica de Buenbit, mercado digital que ofrece servicio de compra y venta de criptomonedas en diferentes países.
El especialista señala que las cadenas de bloques mantienen información vital de todos los procesos: poseen registros y transacciones válidas de un bloque anterior y contienen sus propios registros, lo que le da un lugar específico en toda la red. Explica que, si todos los bloques tienen un registro de otro, un hacker tendría que intentar vulnerar a cada uno de los nodos de la cadena para hacer una verdadera alteración en la blockchain.
"El sistema de blockchain está preparado para crear incentivos para que cada vez que se genere un bloque, sea un bloque correcto. No uno que un hacker haya podido venir, poner su nombre y cambiarlo. Habrá 500 máquinas que digan ‘eso es de Leonardo’ y, aunque haya una que intente hackear y diga ‘eso es de José’, se la pone difícil a nivel de sistema para que valide que eso sea cierto. Esto hace que sea, virtualmente, imposible que esta seguridad de la criptografía sea vulnerada", sostiene Ravines.
La utilidad del blockchain no solo se centra en criptomonedas, sino que también sirve para resguardar cualquier archivo digital que exista en la red como una imagen, video o sonido, lo ahora conocido como NFT o token no fungible.
¿Y quién verifica que todo marche a la perfección? Los mismos usuarios, llamados nodos, los cuales no tienen nombre ni apellido, sino carteras digitales que trabajan en el sistema de manera pareja y continua.
“Los nodos validadores, que están activos en todo el mundo, mantienen la red activa (y que hacen que el sistema seguro con un registro incorruptible), agrupan transacciones, forman bloques y lo agregan a las cadenas que se van uniendo uno a uno en un sistema criptográfico que le da seguridad. Cada vez que se valida un bloque, el nodo validador recibe una recompensa en bitcoin y así se va armando la cadena”, indica Limia.
Para validar un bloque, las personas se convierten en nodos con computadoras potentes, las cuales tendrán que resolver problemas algorítmicos para hallar la respuesta. Es una carrera y, para ganarla, los usuarios deben potenciar sus PC con lo último en tecnología, especialmente tarjetas gráficas para videojuegos. Cuando la computadora encuentra el valor buscado, el resto de los nodos lo verifica y le da el visto bueno para proceder a sellar el bloque. Este proceso se llama minería ya que genera nuevas monedas que sirven de recompensa para el usuario que encontró la respuesta.
Es justamente este proceso, la minería, el que ha puesto en alarma a especialistas por ser, lamentablemente, una actividad que consume valores altos de energía en el mundo y emite contaminantes: los usuarios crean “granjas” de computadoras, con cientos de ellas conectadas, creando sobrecalentamientos y hasta cortes de luz en zonas aledañas. La Universidad de Cambridge, en su Índice Mundial de Consumo de Electricidad de Bitcoin, señala que los procesos que acompañan a la criptomoneda consumen un total de 129,24 teravatios por hora, mucho mayor al consumo eléctrico de países como Argentina, mientras que lanza 22 megatones de CO2 al año.
La estrella del boom: el bitcoin
La criptomoneda que inició todo y que genera el mayor interés mundial es el bitcoin.
Para hablar de sus orígenes debemos remontarnos hasta el 2008, cuando un hasta ahora anónimo Satoshi Nakamoto concibió este proyecto como una moneda digital. El bitcoin se compone, en honor a su creador, de 100 millones de satoshis, su unidad de cuenta mínima. “Le da un toque mágico no saber después de 12 años quién fue el programador”, señala Limia.
Cuando alguien quiere enviar dinero al extranjero, debe hacer la solicitud a su banco, quien transportará el dinero en sus sistemas a otros internacionales bajo una comisión. El bitcoin nace con el fin de eliminar a terceros, los bancos, y pone al usuario como protagonista bajo la tecnología ya explicada de la blockchain. “Uno puede interactuar a través de los bancos o de otros sistemas, pero siempre necesita un tercero. Lo que propone el bitcoin es un intercambio de persona a persona, de par a par, de manera digital. Es un ente disruptivo y revolucionario”, prosigue.
Las primeras monedas del bitcoin empezaron a “fabricarse” (minarse) en enero de 2009, cuando se pone en funcionamiento su red tecnológica; los bitcoins iniciales fueron creados por el propio Satoshi. En dos años, 2011, fue añadida en sus primeras plataformas de intercambio, donde pueden comprarse con dinero tradicional.
Un suceso claro marcó el inicio mainstream del bitcoin. El 22 de mayo del 2010, un estudiante llamado Laszlo Hanyecz pagó 10 mil bitcoins a otro estudiante, llamado Jeremy Sturivant, por dos pizzas en una época donde ningún local conocía a ciencia cierta sobre las criptomonedas. En aquel momento, sus monedas digitales valían 40 dólares, pero, al cambio actual, equivalen a más de 365 millones de dólares. El Bitcoin Pizza Day marcaría la primera compra con esta moneda e iniciaría su recorrido alcista que se ha visto retrasada por una serie de sucesos.
Desde sus inicios, ha sido muy vinculada a los organismos de ciudadanía libre, siendo Wikileaks una de las principales empresas en recibir donaciones debido a bloqueos de otros servicios de pagos (que, curiosamente, aceptarían las criptomonedas en años posteriores). En 2014, por ejemplo, la Fundación Wikimedia (la que está detrás de Wikipedia) también las recibe como donativos.
Este apoyo de organizaciones hizo que su valor empiece a subir. A inicios del 2013, su valor rondaba los 200 dólares. Para noviembre de ese mismo año, su valor llegaría a los 100 dólares.
Sin embargo, su paso acelerado empezaría en los últimos años. A inicios del diciembre del 2017, su valor subiría hasta cerca de los 20 mil dólares, aunque bajaría hasta 2020, cuando diera el salto verdadero regresando a su entonces pico máximo y dando lugar a uno de sus años más “movidos”, el 2021.
Este año, el bitcoin inició superando la barrera de los 20 mil dólares y llegaría ascender a los 30 mil dólares. Con los meses, y con la participación del siempre polémico Elon Musk, quien dijo que la aceptaría como método de pago para autos Tesla, su valor alcanzaría lo que sería su máximo histórico hasta la actualidad: los 65 mil dólares por unidad. Sin embargo, sería el mismo Musk quien le dé una estocada al suspender el pago con bitcoin de sus autos eléctricos al ser uno de los mayores contaminantes del mundo en su creación y, sumado al bloqueo de China de la minería de criptomonedas, reduciría su valor a un piso de 30 mil dólares, sin poder superar los 40 mil dólares en sus fluctuaciones a junio de 2021.
“Lo que ha pasado en mayo es interesante”, señala Carlos Eduardo Bernos, country Manager para Perú de Buda, mercado digital que permite la compra directa de bitcoins en Perú con soles. “Todo comenzó con este anuncio en Twitter de Tesla que ya no aceptaría bitcoin como pago y muchos usuarios lo tomaron como si Elon Musk le quitaba la confianza a bitcoin. A eso, le debemos de sumar las restricciones que salieron en China para compañía que den servicios relacionados a las criptomonedas (aunque no es la primera vez que aplica ese tipo de restricciones). Y también le debes de sumar el anuncio del Departamento de Tesorería de Estados Unidos que sugirió a su administración tributaria, reportar cualquier operación en criptomonedas que supere el umbral de los 10 mil dólares. Esos anuncios generaron un efecto dominó e hizo que la gente tenga temor y venda”.
Según CoinMarketCap, sitio web que analiza los datos del mercado mundial de criptomonedas, existe una capitalización del mercado del bitcoin de 742 mil millones de dólares, siendo la dominante del listado total de casi 9 mil criptodivisas. No tiene un suministro ilimitado, sino que solo se disponen de 21 millones de monedas y un 89% de ellas ya se encuentra en circulación.
La misma autoridad revela que la cartera digital con mayor cantidad de bitcoin tiene 293 427 monedas, un 1.4% del total del mercado, lo que equivale unos 10 mil millones de dólares al cambio. Toda esta información es pública.
Sin embargo, el bitcoin solo es la punta del iceberg, ya que, acompañándola existen miles de otras criptomonedas con distinta utilidad. No menos importante es el Ethereum, desarrollado en 2013 de la mano de Vitalik Buterin y que, además de ser una red financiera, también permite que se puedan crear otras aplicaciones descentralizadas; ADA de Cardano, creado por Charles Hoskinson (cofundador del Ethereum) y que es una síntesis del bitcoin y el Ethereum; el XRP o Ripple, cuyo proyecto persigue el desarrollo de un sistema de crédito basado en el P2P, o muchas otras que merecerían hojas de análisis una por una para conocer su importancia.
¿Qué les da un valor?
Los valores volátiles que asumen las criptomonedas han llamado la atención de los aficionados e inversionistas consolidados. Muchas de ellas han subido ampliamente en porcentajes en plazo meses o hasta semanas, provocando una sensación de “dinero fácil” en poco tiempo. Pero, aunque se crea que no tienen fundamento, son las utilidades las que le brindan un respaldo de valor.
“Los usos son lo que le pueden dar valor a una criptomoneda. Se puede ver como medio de pago. En el Perú son muy pocos los negocios que adoptan el pago de criptomonedas, pero en países más desarrollados ya ese tema está incrementando”, dice Bernos, especialista en inversión. En Estados Unidos, precisamente en Miami, existen bares en los que puedes pagar con bitcoin tus bebidas, mientras que empresas grandes como Uber ya se encuentran explorando la posibilidad de aceptar carreras pagadas con esta unidad digital. “Mientras mayor sea la adopción, mayor será el valor que tendrán las criptomonedas”.
“Cada criptomoneda nace con un propósito distinto. Ya depende de cada uno ver con qué propósito se alinea más. Bitcoin nace para ser un medio de pago único, digital y descentralizado. Luego aparecen otras criptomonedas como Ethereum, que busca descentralizar las finanzas no con una moneda, sino con el uso de contratos inteligentes. Y amplía el concepto”, añade.
Pero, además de su fundamento, es el contexto el que apoya su subida o bajada. Y ante una crisis en medio de la pandemia de la COVID-19, una corriente alcista llegó en 2020.
“Durante todo el último año y hasta ahora, hemos visto que, en el mundo, casi todos los países, emitieron dinero para diezmar las consecuencias de la pandemia. Y activos que son escasos como el bitcoin (así como con el oro, con la plata y acciones) se valorizaron frente a todas las monedas fiduciarias que emiten los bancos o incluso contra el dólar, lo que hizo que subieran de precio. Pero también viene la adopción de la gente que cada vez se inclina a incursionar en este mundo apasionante”, dice Limia.
“La situación electoral en el Perú no influye en el mercado de las criptomonedas. Pero sí ha hecho que algunos usuarios en las criptomonedas un refugio de valor, a pesar de la volatilidad. Uno puede ser que tenga más confianza en la criptomoneda que en la moneda local. Y hay otras personas que lo ven como una oportunidad de ver sus ahorros de Perú hacia otros países. Bitcoin lo que trae a la mesa es la transferencia de valor económico”, indica Bernos.
“Este año para Perú ha sido un año récord. El valor que se utiliza es el volumen tranzado y, durante todo el 2020, los usuarios tuvieron un volumen de 28.5 millones de dólares en criptomonedas. Para el 2021, en solo cinco meses, ya estamos cerca de los 52 millones de dólares. El interés por las criptomonedas en Perú hoy en día es súper fuerte”, declara el representante de Buda.com.
En el bitcoin, como en otras monedas, existen usuarios que juegan con la especulación bajo la fórmula del trading. Compran reservas cuando su valor está en la baja, impulsan a que otros compren y, cuando el valor sube, los venden generando ganancias. Pero también existen los holders, los que realmente consideran que la divisa será una reserva de valor a futuro, como el oro.
“Hay dos segmentos bien claros. Aquellos que buscan ganancias en el corto plazo y aquellos que le ven potencial a largo plazo. Los primeros son los traders, que están constantemente viendo los precios y maximizando sus ganancias en horizontes temporales más cortos. La postura contraria son los que creen que las criptomonedas van a incrementar su valor en un periodo de 3 a 5 años. Es un mercado volátil y estas caídas fuertes que puede haber, como las que se estaban experimentando en las últimas tres semanas, son una raya más al tigre y los experimentados no se sorprenden”, menciona Bernos.
Pero en un mundo tan volátil, invertir una gran cantidad de dinero es un tipo de apuesta en el que el máximo riesgo es perder todo tu dinero.
“Siempre uno tiene que informarse respecto al mercado. Uno tiene que considerar la volatilidad que hay en él. Uno no puede invertir en criptomonedas si va a poner su patrimonio. Pensar que te vas a volver millonario de la noche a la mañana sería irresponsable. Si uno tiene exceso de liquidez y quiere invertirlo y generar cierta rentabilidad y le ve potencial a largo plazo, porque ha revisado el tema y se siente alineado con la tecnología, entonces sí sería una alternativa. Pero si no es así, entonces podrías perderlo todo”, señala Bernos.
“Para algunas personas esto puede ser chocante, porque puede perder el 30 o 40% de tu inversión de un día para otros, pero hay otros que no. Mi consejo siempre es que, antes de entrar en cualquier criptomoneda, infórmate bien, ten en cuenta cómo funciona el mercado, qué aplicaciones se le puede dar”, señala.
"Personalmente veo a las criptomonedas como un vehículo de inversión porque hay un punto de vista financiero, económico, desde el cual sí es un instrumento que genera potenciales retorno si tú sabes invertir en ello. Esto no es una opción de inversión para todo el mundo, no por los valores, sino por el desconocimiento de lo que estás siendo y por qué estás comprando tal activo. Hay casi 9 mil criptomonedas en el mundo; bitcoin es solo una y es la que ocupa la mayor capitalización en el mundo. Entre ellos sí tienes esa cantidad de seguidores que te van a permitir que, cuando tu voltees a comprarlo o a venderlo, siempre haya alguien dispuesto a comprarte. Esa liquidez, esa inmediatez, sí es propia de cualquier mercado de activos financieros, llámese futuros, acciones y más", menciona Ravines, pero también recalca sus contras. "Hay otra versión de la economía, desde la cual estos no son vehículos que tienen un subyacente detrás. Cuando tú compras acciones en la bolsa, sabes que eso está representando la propiedad de x acciones y un porcentaje dentro de cualquier flujo futuro que ellos generen hasta que los vendas. Pero ¿qué flujos futuros hay en las criptomonedas? Ninguna. Estás apostando".
Además de proyectos fundamentados, existen memes en este universo. El más conocido es el Dogecoin, una moneda bifurcada del litecoin que no tiene utilidad, pero que las redes sociales han apoyado como “el ente disruptivo dentro del ente disruptivo”. Pero no es el único y, curiosamente, estas "meme coins" han hecho ricos de la noche a la mañana a más de un afortunado.
“Dogecoin nace como un proyecto no muy serio, pero a raíz de estar atado con Elon Musk, ha estado ganando popularidad y hay gente que invierte para generar ganancias. Pero ¿cuál es el propósito que tiene? A mí en lo particular no me queda claro, siento que hay muchas otras criptomonedas con mucho más potencial y que tienen las cosas más claras hacia dónde va”, dice Bernos.
Limia indica: “Desde el punto de vista de las criptomonedas, no es que tenga fundamentos como para recomendar alguna inversión en ellas. De hecho, los expertos desaconsejan totalmente este tipo de monedas porque no hay fundamento o un valor que aporte al sistema, sino que está atado a muy pocas personas que mantienen la mayoría de las monedas en el mundo y, dependiendo del humor cómo se levanten o lo que quieran hacer, pueden subir el valor o bajar mucho. Es como un casino”.
Dogecoin tuvo una explosión este 2021, iniciando en 0.008 dólares y llegando a un máximo de 0.7 dólares. Es la quinta criptomoneda con más capitalización de mercado en el mundo y las comunidades en redes sociales quieren que llegue al valor de un dólar cerrando el año. ¿Podrá un meme tener el valor de la moneda más usada en el mundo que conocemos? No se sabe a ciencia cierta, pero que SpaceX envíe un satélite a la Luna pagado íntegramente con dogecoins nos dice que podría suceder.
Los gobiernos ante las criptomonedas
Pese al tiempo de circulación, la mayoría de los gobiernos aún no tienen leyes ni un plan de respaldo/desestimación de estas monedas y ya se han visto arrinconados ante esta tecnología, aunque ya hay algunas que han tomado la delantera.
China es la más avanzada en adaptación, pero ha empezado a poner trabas al listado de criptomonedas actuales porque quiere que su moneda tradicional, el yuan, se convierta en una criptodivisa, pero con un valor estable relacionado su banco central, un llamado gobcoin.
“Países como China que ya están muy avanzados en el desarrollo de sus propias criptomonedas, pero ¿cómo se van a relacionar las criptomonedas por organismos nacional con las criptomonedas descentralizadas? ¿Cómo empezarán a interactuar? Estados Unidos está evaluando un criptodólar. La Unión Europea habla de un eurocripto. Países ya están decididos o están pensando en aceptar la tecnología blockchain para sus propias economías porque ven que hay muchos beneficios”, recalca el representante de BuenBit.
El Salvador sorprendió cuando su presidente Nayib Bukele anunció que presentará un proyecto de ley para adaptar los bitcoins como monedas en curso legal en su nación, donde las remesas del exterior representan el 20% del PBI y más del 70% de la población no mantiene una cuenta bancaria. Pero esto no es del todo bueno.
"Suena súper lindo, pero ¿qué pasa si las reservas de El Salvador ya estuvieran en bitcoin y el valor pasa de 67 mil dólares por monedas a descender abruptamente? Ha habido mucho de la novedad y lo mediático. No puedes estar jugando con las reservas del país", advierte Ravines.
En Perú, no tenemos accionar directo por un criptosol, pero ya hay iniciativas en blockchain en marcha.
“Recientemente la Superintendencia de Banca y Seguros del Perú ha lanzado una propuesta para tener un sandbox regulatorio. Para el sector fintech le da una puerta para lanzar al mercado peruano innovaciones tecnológicas en servicios financieros que antes no estaban. Las economías están adoptando cada vez más estas nuevas tecnologías, especialmente el blockchain, y es ahí donde está el verdadero potencial de las criptomonedas. Su rol va a ser cada vez más importante. En un horizonte de tiempo de 4-5 años, te aseguro que no va a haber persona que haya perdido”, puntualiza Bernos.
“En el Perú, si bien la definición de “valores mobiliarios” de la Ley del Mercado de Valores no alcanza a las criptomonedas, la Ley Nº 30050 autoriza a la SMV y a la SBS a aplicar el principio de “primacía de la realidad” para definir cuándo estamos frente un activo financiero, cuya compra o suscripción es publicitada en forma masiva (léase: internet, redes sociales) por personas o entidades no supervisadas. Es decir, los reguladores podrían restringir la comercialización de criptomonedas si consideran que funcionan como activos financieros”, señaló Álvaro Castro Lora, director de Sumara Hub Legal, a El Peruano.
Pero, más allá de las oportunidades, los gobiernos no son partidarios de que nuevas alternativas no tengan control alguno.
"No veo nada complejo en el que los propios gobiernos pasen a reemplazar los valores físicos a digitales. Y toda esa tecnología como el blockchain podría perfectamente calzar con esto. Si los gobiernos logran pasar a tener estas monedas digitales pueden hacer mejor frente a algo que ellos no van a querer: perder el control. El sistema de criptomonedas apunta a que cualquier persona en el mundo pueda crear estos receptáculos de valor", finaliza Ravines.
Las criptomonedas son un mundo donde, a pesar de que hay una lógica en el largo plazo, existe una volatilidad tremenda en el cercano. Este mundo es muy llamativo, pero también requiere mucho análisis.
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