NIUSGEEK tiene acceso a un iPhone 11 Pro Max, el smartphone de gama alta de Apple que añade una mayor batería, un arreglo de tres lentes para diferentes distancias focales y un diseño continuista.
Cuando me propusieron reseñar un iPhone 11 Pro Max, puse mi cara de duda. Mi devoción a Android y a su nivel de sincronización de mis necesidades, generan siempre que mire a los equipos de Apple con sospecha y recelo. Ya pensaba en los mensajes de WhatsApp sin sincronizar, en la terrible limitación del iCloud, en el códec de video y en lo mal optimizado que está iOS para una sola mano. Entre otras cosas, no quería. Sin embargo, el interés periodístico pudo más, y hoy puedo estar tranquilo sabiendo que probar el nuevo iPhone ha sido, a todas luces, una revelación. Esta es la opinión de NIUSGEEK sobre el iPhone 11 Pro Max.
Vamos con las características del smartphone:
Diseño continuista pero con margen para la sorpresa
Balance. Cuando repaso cada centímetro del equipo, no puedo dejar de pensar en esa palabra, y en el insistente TOC del diseño. Simetría en el borde - ok, son anchos, pero simétricos sin contar el notch - , ajustes mínimos en los botones de volumen y bloqueo, y un peso repartido de manera consistente. Siento que a este equipo no le sobra nada, y es más macizo que las versiones anteriores.
Aun tenemos, eso sí, ese panel ancho que no permite un agarre más cómodo. Me encantaría un iPhone más “delgado” de cintura para mejorar el agarre, pero eso está por verse en el iPhone 2020.
Las antenas ganan un poco más de protagonismo, y las vemos mejor integradas al borde de acero. Hay cambios mínimos, casi milimétricos entre el modelo XS Max del año pasado y éste, pero la primera reacción ha sido la comodidad.
Vamos ya tres años con esta línea de construcción impuesta por Apple, pero es la primera vez que vemos una dirección distinta en el material. Para empezar, la parte trasera nos deja con un esmerado arreglo en vidrio que repele las huellas, pero nos priva de una espalda refractaria. En un año marcado por los modelos “variocolor” - guiño guiño a Pokémon - y de espaldas tornasoladas, la estructura del nuevo iPhone es más simple y eficiente, menos resbaladiza y suave.
Además del diseño, el nuevo iPhone lleva una protección IP68 que, de acuerdo con otros reviewers, mejora considerablemente la resistencia bajo el agua respecto al año pasado. Es bueno saber eso, pues nos da más confianza en el uso diario.
La mejor pantalla en un iPhone
Si Samsung tiene las mejores pantallas del mercado móvil, Apple no anda lejos. Este panel realmente se esmera en lograr la precisión en detalle y color a un nivel muy alto, sin prescindir de luminosidad y tonos oscuros. Hablamos de casi 800 nits de luz, pero que muestra su real eficiencia en contenido HDR, de acuerdo a lo analizado por DisplayMate en su reporte.
No puedes esperar menos de un iPhone “Pro”, pues recordemos que el estándar sale con una pantalla IPS. Desde que Apple pisó el terreno OLED se nota el esmero y cuidado en este apartado. El panel es más luminoso, definido y de mejor reacción al dedo que otros que haya probado bajo la marca de la manzana.
Usualmente los paneles bajo esta tecnología en otros fabricantes tienden a mostrar mucho ruido en las condiciones mínimas de emisión de luz, como cuando ves Netflix a las 3 de la mañana con la pantalla muy a poca luz. En el iPhone, eso casi no pasa. Si ben se agradece la calidad de detalle, el mínimo de luz sigue siendo ligeramente alto, incluso con los espacios claros que aún mantiene iOS, pese al “modo oscuro”.
Dicho esto, la resistencia del panel es notable. En mi tiempo de uso no he notado un solo daño al panel, a pesar de usar dos teléfonos en el mismo bolsillo o meterlo al morral sin piedad.
Lo que sí quisiera ver el otro año es un borde de menor tamaño, y que por fin podamos ver un panel más integrado a los laterales del equipo, tal como otras marcas que funden los bordes con el panel en una curva fina. Aún hay esa deuda.
iOS 13 y el soporte que hacía falta
Soy un hombre criado en Android, y pasar a iOS aún me genera ciertos espasmos, sobre todo con el teclado. Sin embargo, iOS 13 me ha dejado más tranquilo respecto a mis necesidades en software.
Partamos por el “Modo Oscuro”, uno de los elementos más demandados este 2019 en casi todos los entornos. En el caso de iOS, el despliegue es eficiente, pero no en todos los entornos. Los iconos, al ser cuadrados, mantienen el borde blanco y no se mimetizan con las condiciones oscuras del modo. De noche, eso suele ser molesto.
La interfaz de configuración aún no la veo optimizada en función a la demanda del usuario. Suele estar dividida de manera poco amigable, y se me antoja largo el hecho que cada app tenga una presencia en este menú. Incluso la configuración del centro de control podría ser mejor, sobre todo incluyendo un acceso directo a “configuración”.
Por lo demás, hablamos de un entorno dinamizado. Va rápido, el uso de gestos es más natural y se siente un software cuajado. La ventana lateral izquierda la encontré realmente útil para revisar mi tiempo de pantalla, y la nueva manera en que veo la conducta de la batería es tremenda.
Si algo tuviera que pedir, pediría un método configurable para capturas de pantallas, cambiando los ajustes predeterminados de la llamada de emergencia. Para capturar pantalla en iOS, debes apretar el botón de encendido y, sin soltar, digitar un ratito después una de las teclas de volumen. Si los tocas al mismo tiempo, se activa la llamada de emergencia. El menú del iPhone para la gestión de capturas es hermoso y completo.
El esmero de Apple en la multimedia es enorme. Ahora contamos con un editor de video que replica las funciones del retocador de fotos. Ahora podemos cambiar los parámetros de luminosidad y contraste, enderezar el video, cambiar la proporción del mismo, todo desde la aplicación de galería.
Sin embargo, aún tenemos que ir a CONFIGURACIÓN / CÁMARA y cambiar los ajustes lejos de la interfaz principal. Sí, aun.
Aun le falta un poco más a iOS para optimizar los gestos y el uso con una mano. Es un gran software, y una enorme vitrina para desarrolladores, pero aun le falta empatizar con pequeños detalles que sí encontramos en Android. Todavía hay pasos que se pueden reducir, y sería un reto interesante ver a Apple ajustando la cantidad de pasos para los procesos del usuario.
Un tercer ojo y más opciones
Tres lentes. Un iPhone de tres lentes, luego de que en 2018 Huawei fuera la primera en experimentar con esta cantidad en un smartphone con el P20 Pro, y luego de que LG definiera el triplete definitivo con el V40: gran angular, principal y teleobjetivo. Hoy Samsung lo tiene en varias gamas, Huawei lo implementa, LG lo ratifica y Sony lo adapta. Hasta Motorola experimenta con el gran angular, mientras que Apple se quedaba un paso atrás. Ahora, Apple pone el lente que quería ver implementado hace años: el gran angular.
¿Por qué es, para mi, tan importante la implementación de un lente gran angular en el iPhone? Porque Apple no da puntada sin hilo, y sabe que debe buscar la diferencia con este añadido. Y lo logra.
Partamos por un detalle. Este año, Apple ha dotado al A13 Bionic de un espacio importante para el procesamiento neural al trabajo fotográfico y de video. Tras el Smart HDR del año pasado, el nuevo iPhone ha establecido un nuevo criterio basado en Inteligencia Artificial y a procesos de Machine Learning: la renderización semántica.
A diferencia de un simple proceso de captura, hoy los smartphones son capaces de “meterle mano” a una foto en el proceso entre el disparo y el momento en que abrimos la galería para ver la toma final. En el caso de Apple, el proceso demanda más información para adaptarse al objetivo en función de “lo que ve el lente”, pero añade el sensor de profundidad para mejorar esa intromisión digital.
Ok, eso lo hacen todos. Pero el resultado que logra el iPhone es realmente bueno, si lo vemos desde la naturalidad de la foto que obtenemos. A diferencia de un drástico proceso de contraste con Huawei o una inyección de saturación en Samsung, el iPhone se mantiene al medio mejorando detalles naturales de la foto. Y eso lo extiende a los 3 lentes.
Aquí yace la primera diferencia, porque la ciencia de color en el gran angular difiere en todas las marcas. Usualmente, el ingreso de luz en esa cámara suele ser menor, debido a que no se requiere tanta iluminación en un lente angular. En Apple, la diferencia de luminosidad entre lentes es muy poca. Casi no hay diferencia de color entre los tres lentes, y lograr eso en un gran angular es muy difícil, sobretodo en video.
Además, Apple se pone al día en el “Modo Noche”, pero deja de lado al gran angular, lo que es una tremenda pena. Todas las marcas ponen este sistema en el lente más amplio, pero Apple decidió no poner la exposición inteligente en esta nueva cámara. EL resultado, sin embargo, es soberbio. El proceso de compilación de diferentes capas en pocos segundos, añadiendo IA para la estabilización del resultado, es tremendo. No digo que sea mejor que un Pixel, pero anda muy cerca.
Y no, tampoco enfoca como hace Huawei desde el Mate 20 Pro en el lente angular.
Lo que sí hace bien Apple es el paso entre lentes con el video. Cuando uno graba video en Android con teléfonos que llevan lente gran angular y telefoto, a veces no podemos cambiar el lente durante la grabación, o el salto entre lentes demora mucho y quita fluidez a la toma. Eso - casi - no existe en el nuevo iPhone 11 Pro Max. Se percibe un salto, pero es mínimo. De noche sí se nota, pues es imposible jugar a la misma fórmula de color y detalle aplicando zoom digital a un gran angular.
Por otro lado, tenemos una cámara delantera que gana mucho detalle, sobre todo de noche. Incluso hay margen para un ángulo mayor para las selfies, y funciona muy bien hasta en contraluz. Por software, Apple sigue dotando de iluminación artificial al equipo para el “Modo Retrato”.
El “Slofie” anda bien, pero no es una de las herramientas que desee usar con frecuencia. Lo que sí destaco es la capacidad de grabar 4K a 60 cuadros con ese lente, y de manera fluida. Fenomenal.
Tenemos, creo, uno de los mejores arreglos de cámaras en un smartphone. Aun me falta repasar lo que hace el Mate 30 Pro y el Pixel 4 de Google, pero este equipo me deja buen sabor de boca.
Todo se basa en la eficiencia
Es algo que parece raro en el iPhone, pero siempre se encuentra espacio para la mejora. El equipo es mucho más veloz que la generación anterior, y se nota en cada recoveco. Desde que desbloqueas el equipo con el Face ID, es evidente la velocidad de este equipo.
Es un smartphone que no se cuelga, que no calienta y que no sufre en procesos. Va realmente rápido en el cambio de apps, en la apertura de juegos y en la gestión de tareas de edición de video.
En el caso de la multimedia, me sorprende la calidad del sonido que Apple ha logrado en este nuevo iPhone. Suena bien en audífonos y en el efecto estéreo que las bocinas logran. Como equipo de entretenimiento sobre una mesa, para Spotify o Netflix, va bien.
Mucho debate hay sobre la ausencia de soporte para la banda 28 en esta versión estadounidense, y debo decir que sí la he notado. Por momentos, he tenido 3G en ambientes cerrados, pero rápidamente recuperaba 4G. Entiendo que no todos tienen un mapa de cobertura similar al mio, pero en mi experiencia he tenido un performance parejo en redes. Sin embargo, esta reseña está orientada a informar sobre el rendimiento del equipo y sí, es importante esperar la homologación correcta.
La calidad de las llamadas, la recepción de WiFI y el emparejamiento de Bluetooth están dentro de lo que uno espera. He usado hasta 4 pares de audífonos inalámbricos y todos han funcionado sin problemas con el equipo.
El reconocimiento facial se ha vuelto más preciso y veloz, y eso impacta en una menor fricción en el uso del equipo. Acceder de manera más veloz a un equipo que no cuenta con reconocimiento de huellas dactilares ayuda muchísimo.
Una manzana para comer más de un día
Aquí sÍ aplaudo de pie. Apple nos ha dado la mejor autonomía, de lejos, en un iPhone. Sus casi 4000 mAh sirven no solo para un día, sino que da para un poco más incluso. La pantalla OLED, y la optimización del software bajo este integrado y la batería que Apple le metió a este juguete, pues nos da la vida más larga que hayamos visto en estos teléfonos.
Además de la vida útil, Apple por fin se digna a darnos un cargador de 18 watts para carga rápida. En mi experiencia, poco más del 40% ha sido logrado en media hora, y poco más del 70% en una hora de alimentación.
La carga inalámbrica se agradece, aunque no es el método más veloz de carga. Por otro lado, tampoco tenemos la carga reversible para darle vida a periféricos sin cables, pero aún tenemos salud.
Creo que esos detalles menores no deberían distraernos de la letra negra en esto: es la mejor autonomía en un iPhone hasta la fecha, de lejos. Es la primera vez que el teléfono de Apple no palidece ante otras métricas.
¿Vale la pena?
Sí, pero con ciertas condiciones. Una es el ecosistema en el que te desenvuelves, y ahí sí este equipo supera de lejos al resto. Sin embargo, no te apresures si cuentas con un XS o un modelo Max. Creo que la optimización de iOS 13 puede hacer mucho por esa saga, y que le podría dar una mejor vida útil. Si vienes de un X o un XR incluso, este modelo resulta ser un salto exponencial.
Apple ha cerrado una década cimentando pacientemente el proyecto de transición de su modelo insignia, tras quedar un poco rezagada frente a la constante implementación tecnológica de otras marcas, como Samsung y Huawei. Sin embargo, cuenta con un diferencial constante, y se basa en la moda.
Cuando Apple ingresa en un terreno nuevo, no lo hace hasta que la tecnología esté realmente desarrollada. El lente angular, por ejemplo, ya ha sido implementado por todas las marcas en casi todos los niveles, pero ha sido Apple la que ha levantado el estándar con la suave transición y la ciencia de color. La carga inalámbrica anduvo tibia, pero ha sido Apple la que la ha popularizado. No defiendo esto, ojo, solo trato de explicarlo.
Después de mucho tiempo, la recomendación desde Android ya no es tan dificil. Aún tendrás que aprender a desprenderse de varios beneficios, como la sincronización de WhatsApp desde cero en iOS, o las limitaciones propias del sistema para la personalización. Sin embargo, el rendimiento, las cámaras y la autonomía son fundamentos fuertes para saltar a este dispositivo.
Solo un detalle. Olvídate de configuraciones de 64GB. No vale la pena gastar tanto por tan poco. Si puedes, ve por 256GB. Valdrá la pena.
* Equipo cedido a préstamos por FEXPRESS Perú, tienda importadora.
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