Jessica Roman y Sandra Molina dedican sus días a buscar y detectar potenciales donantes de órganos y tejidos que ayuden a salvar la vida de alguno de los siete mil pacientes que hoy están en lista de espera.
Lograr un trasplante de órganos es toda una proeza y requiere del apoyo de muchos especialistas que dan su mejor esfuerzo y dedicación para salvar vidas. Entre especialistas de salud, administrativos y apoyo general se puede necesitar la participación de más de 50 personas. En este proceso, las procuradoras de EsSalud ocupan un lugar clave, sin ellas la donación no sería posible.
Su labor es imprescindible: visitan las áreas críticas de hospitales y clínicas de todo el país con el fin de buscar y detectar potenciales donantes de órganos y tejidos. Asimismo, son los encargados de consultar con la familia la posibilidad de salvar vidas donando los órganos de su familiar fallecido y son los responsables de gestionar los trámites.
Un procurador es asignado a cada familia y cuando se confirma la voluntad del fallecido recién se empiezan a realizar las pruebas clínicas para definir finalmente si se trata de un donante apto. Para que el proceso se lleve a cabo, se deben apoyar en los documentos legales como el DNI, el acta de donación y la declaración jurada. Si el potencial donante pasa todas las pruebas con éxito, recién se pasa a la fase de extracción.
Uno de los testimonios es el de Jessica Román, procuradora del Hospital Sabogal. Para ella se trata de una labor nada fácil, pero de vital importancia pues “cumple dos objetivos: la voluntad de la persona, expresada en vida a su familia, de ser donante al momento de fallecer y la otra que es de más trascendencia: dar vida a través de su muerte”.
El caso de Sandra Molina, procuradora del Hospital Rebagliati, es similar. Cada día que llega a trabajar sabe que enfrenta muchos retos nuevos, especialmente porque se dedica a buscar donantes para niños, por lo que tiene que ser paciente y ponerse en la piel de los padres de ambas familias.
Para Sandra, es completamente entendible que los familiares en un primer instante no quieran ningún tipo de acercamiento. “Es un momento crítico, en ese momento la familia está angustiada, no quiere escuchar nada acerca de la donación de órganos pero tratamos de ponernos en el lugar de la familia y de esa manera empezar a abarcar paso a paso los procedimientos que ya tenemos”, comenta sobre su día a día en los hospitales.
Sandra es consciente de que aún hay más de siete mil pacientes esperando un órgano para poder vivir, son ellos su principal motivación: “Es como que yo lo estuviera viviendo, se me hace un nudo en la garganta pero tengo que continuar porque hay niñitos que los tengo en lista de espera. Tengo que ponerme fuerte y continuar”, comenta la valerosa procuradora.
Aunque es un largo proceso que involucra apoyo no solo técnico, sino también emocional, el hecho final de otorgar una nueva oportunidad de vivir a un paciente en lista de espera es un logro inconmensurable. Resalta emocionada que “la satisfacción cuando tú ves a un paciente que se te acerca, que ya está trasplantado, es algo que no se puede explicar, no se puede decir en palabras”.
Debido a tan destacada labor, este año los profesionales de la salud altamente especializados, que integran los equipos de procura y trasplantes de Lima y otras regiones del país, fueron reconocidos por el Seguro Social de Salud (EsSalud) en mérito a su labor que contribuye a salvar y mejorar la calidad de vida de cientos de pacientes que se benefician con los trasplantes de órganos.
Fiorella Molinelli, presidenta ejecutiva de EsSalud, resalta el gran trabajo de todo el equipo, pues “detrás de cada trasplante hay toda una logística y trabajo arduo de especialistas que se encargan de sensibilizar, procurar, trasladar y trasplantar órganos donados, con el objetivo de salvar la vida de los pacientes”.
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