La anemia es un problema de salud pública que pone en peligro el desarrollo físico y cognitivo de los niños menores de 3 años. Detectarla y tratarla a tiempo puede hacer la diferencia.
¿Tu hijo se cansa con facilidad o ha perdido el apetito? Podría ser más que solo fatiga. La anemia infantil es una de las condiciones de salud más preocupantes a nivel mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 40 % de los niños menores de cinco años la padece, lo que compromete su desarrollo y salud a largo plazo.
Si la anemia no se detecta y trata a tiempo, puede causar graves problemas como bajo rendimiento escolar y mayor riesgo de infecciones.
¿Cómo puedo saber si mi hijo o hija tiene anemia?
La anemia puede pasar desapercibida en sus primeras etapas, por lo que es importante conocer los síntomas. Según el Ministerio de Salud (MINSA), las señales más comunes incluyen:
- Fatiga y debilidad: Los niños con anemia suelen sentirse constantemente cansados, incluso después de haber descansado adecuadamente. Pueden evitar jugar o hacer actividades físicas por falta de energía.
- Palidez: Una señal clave es el cambio en el color de la piel, que puede verse más pálida de lo normal, especialmente en el rostro, las palmas de las manos y debajo de las uñas.
- Dificultad para respirar: Los niños pueden experimentar falta de aliento, sobre todo al realizar actividades físicas, por mínimas que sean.
- Mareos y desmayos: Sensación de vértigo o incluso desmayos repentinos pueden ser indicadores de anemia, ya que el cuerpo no recibe suficiente oxígeno.
- Dificultad para concentrarse: Problemas para mantener la atención y baja capacidad de concentración en tareas escolares son síntomas comunes, pues la anemia afecta el rendimiento cognitivo.
- Ritmo cardíaco acelerado o dolores en el pecho (anginas): En los casos más graves, la falta de oxígeno en el cuerpo puede forzar al corazón a trabajar más rápido, lo que podría provocar dolores en el pecho.
El especialista Walter Delgadillo, hematólogo pediatra de SANNA Clínica El Golf, advierte que “aunque un niño parezca estar en excelente estado de salud, esto no garantiza que esté libre de anemia”. Por eso, es fundamental que los padres acudan a un pediatra para que les realicen chequeos médicos regulares.
¿Cómo actuar frente a la anemia infantil?
La prevención y el tratamiento de la anemia infantil pasan por la alimentación adecuada y el monitoreo médico constante. De acuerdo con el Ministerio de Salud (MINSA), los controles médicos desde el nacimiento hasta los 12 años son cruciales para asegurar que los niños mantengan niveles óptimos de hierro. Además, es vital incluir alimentos ricos en este mineral, como el hígado, sangrecita y vegetales de hojas verdes, en su dieta diaria.
Delgadillo enfatiza que los padres deben seguir un esquema de chequeos médicos: dos en el primer año, dos entre los dos y tres años, y uno anual desde los cuatro hasta los 12 años. Este seguimiento es esencial para prevenir complicaciones y garantizar un desarrollo saludable.
¡Recuerda! Detectar los síntomas de la anemia infantil y actuar a tiempo puede marcar la diferencia en la salud de tu hijo. Una alimentación balanceada y los controles médicos regulares son tus mejores aliados.
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