La pandemia nos ha demostrado que es posible mejorar nuestras ciudades a través de iniciativas que aprovechen los espacios públicos y que permiten que la ciudadanía tenga calles pensadas en ellos.
Día a día salimos de nuestras casas, nos trasladamos, nos entretenemos y conocemos nuestras ciudades. Incluso ahora, durante la pandemia, los espacios públicos de calidad son indispensables para nuestro bienestar físico y mental, además de reducir nuestro riesgo de contagiarnos de COVID-19 mientras realizamos actividades de primera necesidad.
Sin embargo, uno de los problemas más grandes en las ciudades es la falta de planificación urbana adecuada con consecuencias que impactan en el desarrollo de la vida pública de los vecinos y ciudadanos. De esta manera, poco a poco las vías automovilísticas han ganado espacio y tanto los peatones como usuarios de medios de transporte no motorizados han sido afectados.
Por ello, es importante que, con el fin de mejorar la calidad de nuestras ciudades, estemos dispuestos a exigir a nuestras autoridades proyectos que respondan a las necesidades específicas de cada uno de nuestros distritos a lo largo de todo el Perú y desarrollemos iniciativas urbanas que nos generen más espacios para caminar, socializar y realizar actividades en nuestras calles.
Para contribuir a mejorar la calidad de vida urbana, Ocupa Tu Calle, una iniciativa ciudadana promovida por Ciudades Cómo Vamos, propone intervenciones de rápida implementación que generen cambios de largo plazo y que podamos disfrutar en su totalidad después de la pandemia.
Parklets
La idea es convertir espacios de estacionamiento –de manera permanente o temporal– en pequeños espacios públicos elaborados a partir de cajones con la finalidad de recuperar la ciudad para los peatones. A nivel mundial, los parklets se han convertido en una forma innovadora de conquistar las calles y se han replicado en ciudades como Sao Paulo, San Francisco, Sídney, Ciudad de México y también en Lima.
Para construir un parklet, se suelen usar los lugares en donde se estacionan vehículos motorizados y se colocan bancas, mesas y plantas, entre otros elementos, que hacen del espacio un lugar amigable para los transeúntes, motivándolos a descansar, encontrarse y recrearse.
Mini Plazas
La planificación y diseño de las mini plazas tienen como fin activar los espacios sobrantes, pero con gran potencial en la ciudad (remanentes viales, lotes baldíos o espacios en desuso).
Sus diseños son variados, adaptándose a las dimensiones del lugar que las acoge y aunque suelen ser pequeñas, logran hacer la diferencia frente al espacio robado por el automóvil y los vehículos motorizados. De esta manera, los ciudadanos que frecuenten las mini plazas, respetando los protocolos de bioseguridad, disfrutan de un nuevo punto de encuentro que les permite descansar, interactuar y también generar movimiento a negocios de la zona.
Calles abiertas para la ciudadanía
La propuesta trata de cerrar las calles al tráfico motorizado –de manera temporal– y abrirlas a los ciudadanos con el propósito de realizar alguna actividad en la vía pública. De esta manera, las calles y avenidas abiertas dan pie a la realización de numerosas actividades, como deportes, fiestas del vecindario, juegos para niños, ferias, mercados y muestras de arte.
En la ciudad de Lima, distritos como Magdalena del Mar, Comas, San Borja, San Isidro y Miraflores, se han sumado a los cierres temporales de calles y avenidas para vehículos, permitiendo su apertura para quienes se mueven a pie o en vehículos no motorizados, como la bicicleta.
De igual forma, en estas calles abiertas para medios de transporte sostenibles, se llevan a cabo las ciclovías recreativas, que son usadas exclusivamente por ciclistas, caminantes y usuarios de patines o patinetas. Sobre todo, porque estos medio de transporte permiten el distanciamiento social que se recomienda en estos tiempos.
Ciclovías piloto
La idea es crear rutas ciclistas físicamente demarcadas con infraestructura provisional ligera como conos de tráfico, barreras de seguridad removibles, macetones, entre otros. De esta manera, pueden ayudar a conocer los principales problemas relacionados con los desplazamientos, la seguridad y la configuración de la ciclovía.
Además, es un mecanismo efectivo de transición hacia una ciclovía permanente. Con esto, la ciudadanía se beneficiará con espacios más seguros y sostenibles, además de un potencial aumento del número de ciclistas al contar con más vías y conexiones.
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