El gabinete de la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, recibe un país convulsionado y con una enormidad de retos en varios frentes. La inestabilidad política y los constantes cambios de ministros han sido un freno para la gestión pública, por ende, muy poco se ha logrado avanzar en estos últimos cuatros años. Es importante recordar que Bermúdez es la novena PCM en apenas cuatro años. Sin embargo, considero que hay ciertos puntos de la agenda que deben verse con especial sentido de urgencia. Los detallo a continuación:
Agricultura.- La disponibilidad y el acceso a los alimentos es probablemente el tema más crítico en el mediano plazo. Ya Naciones Unidas advertía que el 2021 sería un año de crisis alimentaria. Desde hace meses diversos gremios agrarios advirtieron al gobierno de Vizcarra sobre los gravísimos problemas que atraviesa el campo peruano. Es un buen inicio que el presidente Sagasti haya mencionado el Programa “Hambre Cero” en su discurso inaugural.
Trabajo.- El empleo es otro tema crítico que afecta especialmente a la juventud. De acuerdo con cifras del INEI, desde el inicio de la pandemia se perdieron 7 millones de puestos de trabajo y la informalidad laboral se disparó de 70 a 80%, con tendencia creciente. Datos de la Organización Internacional del Trabajo dan cuenta que nuestro país lidera el ránking de empleos perdidos en América Latina. Urge repotenciar e implementar el Programa Arranca Perú.
Interior.- Si bien es cierto que 8 meses de gestión son insuficientes para refundar la Policía Nacional, el ministro Rubén Vargas sí puede mandar mensajes poderosos de lucha frontal contra la impunidad. Uno de ellos sería la destitución de los altos mandos policiales responsables de la brutal represión contra los jóvenes manifestantes. Otro sería avanzar en una lucha frontal contra la corrupción que carcome la institución. Finalmente, colaborar en todo lo que sea necesario para que el exministro del Interior Gastón Rodríguez responda ante la justicia.
PCM.-Desde mi punto de vista, Violeta Bermúdez tiene dos tareas sumamente delicadas en estos ocho meses de gestión. La primera es la relación con un Congreso con sed de venganza. No debe descartarse que se cite constantemente a los ministros al hemiciclo bajo cualquier excusa, con riesgo de censura al mínimo error u omisión. La PCM debe prepararse para enfrentar este escenario. El punto dos es probablemente el más delicado, vale decir el manejo de la conflictividad social. Es vital para la continuidad de gestión Bermúdez que el Viceministerio de Gobernanza Territorial tenga una estrategia clara para manejar los 191 conflictos sociales identificados por la Defensoría del Pueblo.
Salud.- La agenda inmediata del sector desde mi perspectiva tiene varias aristas. Una clave es ir concretando una estrategia clara para enfrentar una eventual segunda ola. De igual forma, la gestión para hacerse de vacunas contra la COVID-19 en el mercado internacional. Por otra parte, médicos pediatras como el Dr. Roberto Somocurcio advierten posibles rebrotes de enfermedades como el sarampión y la pertussis o tos ferina. Es necesario tener una hoja de ruta clara para abordar esta problemática. Finalmente es imperativo sustituir pruebas rápidas por moleculares. La estrategia del gobierno peruano no puede basarse en pruebas de dudosa calidad.
Educación.- El sector liderado por el señor Cuenca tiene el gran reto de garantizar el acceso a la educación a distancia, especialmente en zonas rurales o alejadas. Otro grave problema es que la pandemia ha incrementado los niveles de deserción escolar. El fortalecimiento de la SUNEDU se da por descontado. Es también una buena oportunidad para que la Política Nacional de Educación Superior Técnico Productiva de sus primeros pasos.
Transportes y Comunicaciones- En este sector resulta clave acelerar la reforma del transporte que viene llevando a cabo la ATU. De igual forma, materializar la concesión de las líneas 3 y 4 del metro de Lima. A su vez resucitar el Proyecto del Tren de Cercanías, han pasado 5 años y no se ve avance alguno. Otros temas trascendentales son la modernización del Aeropuerto Jorge Chávez, la revisión del proyecto del aeropuerto de Chinchero, manchado por presuntos actos de corrupción, e impedir a toda costa la legalización del taxi colectivo.
A manera de conclusión, si el gobierno da sentido de urgencia y define claramente una agenda acotada, pero de impacto, puede lograr cambios en la calidad de vida de la población. Para esto es imprescindible que se dé continuidad a los equipos técnicos que vienen trabajando. El cambio constante de funcionarios es un mal endémico del Estado peruano que debe corregirse con la profesionalización del servicio civil.
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