Las opciones de destinos migratorios se están acortando para la población venezolana. Luego de la exigencia de la visa “humanitaria” por parte de Perú, Chile anunció el sábado pasado la imposición de una visa consular de turismo a las personas venezolanas. Las consecuencias inmediatas de esta medida se pueden observar en las nuevas rutas irregulares entre los principales destinos y en la desesperación de las personas migrantes en toda la región (basta ver las colas frente al Consulado Chileno en Lima). Ecuador también está pensando en la adopción de una visa para “controlar” el flujo de personas migrantes. Los Estados Sudamericanos están dejando sin opciones a las personas venezolanas negándoles el acceso a sus territorios.
La visa chilena está pensada para las personas venezolanas que deseen ingresar al país, “sin propósito de inmigración, residencia o desarrollo de actividades remuneradas”. Cabe preguntarse: ¿Quién hoy en día sale de Venezuela para hacer turismo? Y la respuesta es sencilla: nadie.
El Estado chileno justifica la imposición de esta visa en la necesidad de “dotar al país de una migración ordenada, segura y regular” frente a la cantidad de personas en situación irregular que se encuentran en Chile. Una retórica, tan dañina como contradictoria, de una “migración ordenada, segura y regular” parece justificar la imposición de cualquier tipo de medida de control migratorio cuando se han demostrado una y otra vez que los efectos de este tipo de medida son contraproducentes. Y digo “retórica” y “contradictoria” porque hoy en día, los Estados han generado que, con sus políticas de control migratorio, las migraciones se vuelven todo menos ordenadas, seguras y regulares. La generación de canales regulares de migración no se logra con la imposición de una visa.
La incoherencia no termina allí. Sino que al igual que en el caso peruano la norma chilena hace referencia a “la crisis democrática e institucional por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela” como causa de la migración de personas venezolanas. Pareciera ser que las personas que llegan a Chile provenientes de Venezuela sean distintas a las que sufren la crisis en Venezuela y que necesitan huir para sobrevivir. Pareciera ser que sí hay turistas venezolanos en Chile.
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