En los últimos años, la OIT, OCDE, Naciones Unidas y la Unión Europea vienen promoviendo el concepto de Conducta Empresarial Responsable para América Latina (CERAL). Este nuevo desafío empresarial, alineado a los Objetivos del Desarrollo Sostenible es un llamado para que las empresas y organizaciones en América Latina puedan evaluar de sus comportamientos y responsabilidades hacia sus grupos de interés y su impacto en la sociedad.
En los últimos 20 años, América Latina ha avanzado poco en la construcción de una cultura empresarial que desarrolle y ponga en práctica políticas y acciones de responsabilidad social que vayan más allá de las obligaciones legales y realice acciones éticas, justas y voluntarias de la empresa hacia sus grupos de interés, que implica la debida diligencia en materia de derechos humanos.
En materia de gestión empresarial aún observamos grandes brechas por trabajar. Por ejemplo, en el caso del relacionamiento de la empresa con sus colaboradores/ trabajadores, aún se tiene que seguir sensibilizando para conseguir estándares que sobrepasen el respeto por los derechos humanos, la igualdad de género, el trabajo decente y la igualdad de oportunidades. En esta misma línea, en muchos casos las empresas no llegan a cumplir los mínimos exigibles hacia sus proveedores, comunidad, clientes y otros grupos de interés.
Sin embargo, para que todo esto sea posible se necesita un comportamiento ético de los fundadores, líderes, directores y directivos de las organizaciones. Ello exige personas éticas que busquen hacer empresas sólidas, responsables y sostenibles. Donde la búsqueda de la rentabilidad esté basada en el respeto a las personas, el medio ambiente y dentro de una adecuada gobernanza institucional. Esta se presenta como una nueva manera de gestionar empresas. Un modelo de gestión sostenible y rentable en el tiempo.
La conducta empresarial responsable es un llamado a las empresas/organizaciones para que asuman un desempeño responsable en toda su cadena de valor, lo cual implica una postura ética y responsable en cada uno de sus procesos y relacionamientos con sus grupos de interés. Lo cual se inicia en la compra de insumos hasta la posventa de productos y servicios. Todo ello ejecutado desde cada una de las áreas de la empresa. En tiempos de pandemia se hace más necesario promover una conducta empresarial responsable que promueva la sostenibilidad, desarrolle valor compartido con los grupos de interés y genere impactos positivos para la sociedad y el medio ambiente.
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