El Ministerio de Salud ha determinado que, ante esta crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, los grupos de riesgo están conformados por personas mayores de 60 años o quienes padezcan de hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, asma, enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia renal, cáncer, obesidad u otros estados de inmunodepresión.
El inicio de la cuarentena focalizada ha determinado que estos trabajadores deben mantener permanecer en casa hasta el término de la emergencia sanitaria, que aún no tiene una fecha final.
Dentro de la población de riesgo que se mencionó en un párrafo anterior, vamos a analizar el caso de los mayores de 60 años y su impacto en la actividad económica. Este grupo, pertenece a una generación denominada los Baby Boomers, formada por los nacidos en la posguerra entre 1945 y 1964. Vivieron las grandes crisis y revoluciones de la historia contemporánea, vieron llegar al hombre a la Luna y atestiguaron el cambio de la televisión de blanco y negro a color. Presenciaron el auge del formato Beta, VHS, DVD, el Blu-ray y conocen la línea del antes y después del Internet. Asimismo, soportaron en carne propia grandes crisis económicas y políticas, contribuyendo a superarlas. Algunos de ellos ya están en el retiro, pero otros forman parte del equipo directivo de empresas de diferentes sectores o son piezas claves a nivel profesional o técnico por su experiencia acumulada y, en la mayoría de los casos, no tienen un sucesor definido para su posición. Los que ocupan posiciones directivas o administrativas se encuentran haciendo trabajo remoto, convirtiendo la casa en su centro de operaciones, pero los que realizan funciones operativas están imposibilitados de hacerlo y estos últimos son muchas veces piezas claves en áreas como mantenimiento o líneas de producción.
Si hacemos un levantamiento de información en la mayoría de las empresas peruanas, no hay un plan de sucesión estructurado de personas claves que estén cercanas a la jubilación, algunas lo tienen de manera incipiente, otras intentan hacerlo sin concluirlo y muchas no lo tienen mapeado. Para los Baby Boomers exitosos, la palabra retiro no está en su mente. Pero esta crisis sanitaria inesperada les está demostrando que no todo está bajo su control y que necesitan de sus colaboradores cercanos para seguir cumpliendo su función, y esto afecta desde el C-Level hasta un supervisor de mantenimiento, que ya no pueden estar en el día a día quedando como opción dirigir a sus equipos de forma virtual sin ser nativos digitales.
Si, como algunos expertos mencionan, esta crisis sanitaria se extiende hasta principios del próximo año con la distribución a nivel masivo de una vacuna, ¿cuál sería el futuro de esta generación?
Algunos colegas hablan del liderazgo virtual, o mejor dicho del liderazgo ejercido por medios virtuales, plataformas como Teams, Zoom, entre otras. Son herramientas poderosas para el trabajo con los equipos, pero la presencia física del líder con su equipo en los momentos difíciles es algo que no es sustituible en nuestra cultura, donde muchas empresas son familiares.
Otra interrogante es a quién ceder la posta, ¿a los de la Generación X o a los Millenials? La respuesta es: depende quién tenga las competencias necesarias, la sucesión lógica es la Generación X, aunque muchos Millenials ya se encuentran preparados para tomar la posta.
La pregunta más relevante es cuál sería el futuro de los Baby Boomers después de su retiro, estos “Generales Victoriosos” que han peleado muchas batallas y tienen heridas de guerra no están preparados para dejar la actividad, además sería desperdiciar un recurso valioso. La respuesta está en reinventarse, los C-Levels serían excelentes miembros de directorio o consultores, los operativos serían instructores de lujo, hasta se podría pensar en una reserva para afrontar situaciones difíciles, pero una función importante es que estos serían los mentores de los Millenials que son los responsables de dar continuidad a las empresas durante los próximos 25 años.
El mundo después de esta crisis va a cambiar radicalmente y las empresas tienen que adaptarse a estos cambios, sólo aceptando nuestro nuevo rol y reinventándonos todos, personas e instituciones vamos a mantener vigencia en el futuro cercano.
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