Las personas de mi generación, vivimos durante años marcados por una palabra: Crisis, sea esta política, económica o social. Mi niñez la pasé en un gobierno militar, con colas y escasez de todo, con tres canales de TV en blanco y negro. Terminé el colegio y regresó la democracia, el Perú comenzó a abrirse al mundo, pero también vino acompañada del inicio del terrorismo, los desastres naturales y crisis económica. Terminé la universidad en el primer gobierno de Alan García, con más terrorismo e hiperinflación y estaba en mi primer trabajo cuando llegaban los llamados “paquetazos” de un momento a otro, donde el planeamiento estratégico no podía ir más allá de tres meses y no se veía salida a la crisis. Ya tenía una posición de jefatura cuando un día nos sorprendió el famoso shock y el dinero que teníamos en nuestros bolsillos, no valía nada y al día siguiente, sin cuarentena de por medio, las calles estaban vacías. Después vino la recuperación, el crecimiento y la apertura del Perú al mundo, así como estos casi 30 años de modelo económico que llevó al país al que conocen nuestros millennials hasta antes de la COVID 19.
Los Millennials, generación del milenio o Generación Y, son los nacidos entre 1985 y 1999, que actualmente tienen una edad comprendida entre 20 y 35 años. Por su cronología, los mayores terminaron la secundaria el 2002, con un país en proceso de pacificación y creando las bases para el crecimiento. Las crisis de las “punto.com” del 2000, la Crisis Norteamericana por las hipotecas sub prime y el efecto Lehman Brothers en el 2008, así como la Crisis Europea del 2011, no tuvieron mucho efecto en el Perú, por lo que los jóvenes profesionales de esta generación no vivieron en carne propia un escenario de riesgo e incertidumbre como lo hicimos nosotros y sus objetivos eran de crecimiento, desarrollo de nuevos productos y eficiencia para obtener mejores beneficios. A los que nos tocó ser sus jefes encontramos una generación cuestionadora pero eficiente y muy bien preparada por ser “nativos digitales”, también encontramos algunos problemas como la alta rotación laboral y mucha exigencia con las condiciones de trabajo, que algunos la podían confundir como falta de compromiso, pero realmente en una economía en crecimiento el talento es buscado y retribuido.
Desde el primer trimestre del 2020, a todos nos tocó enfrentar una crisis para la cual no estábamos preparados, en este caso nos enfrentamos a un enemigo invisible que no sabemos dónde está o por dónde nos va a atacar, un enemigo que nos ha obligado a paralizar la economía y ha hecho que todas las bolsas del mundo tengan caídas dramáticas y que, en nuestro país, las proyecciones no sean nada alentadoras, independientemente del número de infectados y muertes que se prevén.
Según el BCR se espera una caída del PBI en -4.9% y si consideramos sólo el sector no primario, que es el que tiene el mayor valor agregado, sería de -5.5%. Asimismo, se espera una caída importante en el empleo formal e informal. A nivel sectores, la construcción, los hidrocarburos y los servicios serían los más afectados.
A nivel consumo masivo, habría sectores más afectados como el consumo discrecional de bienes no esenciales, mientras que podrían incrementarse de esta crisis el consumo de bienes básicos, los cuidados de la salud y todo lo relacionada al comercio electrónico y su cadena logística.
Los millennials están viviendo su primera crisis de gran magnitud y, con el trabajo en equipo con los que ya hemos vivido otras crisis, podremos tener la combinación perfecta de experiencia y creatividad, reflexión y vehemencia.
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