Build that Wall

Las imágenes son claras y evidentes: un grupo de jóvenes católicos blancos, muchos de ellos con sombreros de béisbol con el leitmotiv de la campaña de Donald Trump Make American Great Again (MAGA), rodean de forma amenazante y burlona a un anciano nativo americano. Todo ocurre el 18 de enero pasado en el monumento a Abraham Lincoln en Washington, D.C. Los jóvenes acaban de participar en una marcha contra el aborto (March for Life). Nathan Phillips, el anciano, marchó junto a otros nativo-americanos como parte de la Indigenous People March, denunciando las injusticias sufridas por los pueblos aborígenes estadounidenses.

Los jóvenes, en una actitud que recuerda a las turbas racistas que por años lincharon a negros, indios  e hispanos, no tienen reparo en ejercer su derecho histórico, como hombres blancos, de acosar a un anciano nativo americano veterano de la guerra de Vietnam. Curiosamente, algunos de ellos gritan Build that wall, en referencia a una de las principales promesas políticas del Presidente Trump. Lo que podría pasar por un error histórico o político  –los nativos americanos viven en Estados Unidos desde antes de la llegada de los blancos  y, por ende, el muro de Trump no los afectaría directamente– parece tener un significado mayor. Da la impresión que la famosa frase, Build that wall, se ha convertido en un elemento común del discurso de los defensores de la alegada supremacía de la raza blanca. Para ellos, el muro no  se limitaría a una estructura física para mantener a  raya a los indeseables que entran por la frontera con México. El muro también conlleva mantener a raya a las minorías raciales  que amenazan el predominio histórico de los blancos. Así la famosa frase se incorpora al discurso y las prácticas racistas  estadounidenses.

En el contexto de un cierre parcial del gobierno de Estados Unidos que ya ha durado más de un mes, y cuyo principal responsable es el presidente de los Estados Unidos, está por verse si Build that wall también se convierte en el epitafio político de Donald Trump.