En Jaén, estos días, un equipo de 12 jueces especializados y un juez internacional realiza las tareas de analizar y evaluar 69 muestras finalistas que competirán en la III Competencia Taza de Excelencia, por ganar el título del mejor café del Perú. Luego de la ardua jornada, la mejor manera de relajarse de este grupo de amantes del café es hace el tour de cafeterías de especialidad que ofrece la ciudad. Con el hashtag #CafeteriasEnJaen transmiten stories en sus redes sociales para que sus colegas de distintas ciudades del Perú conozcan los nuevos cafés y preparaciones que estos #CoffeHunters descubren en la capital del corredor cafetalero del norte.
Jaén es una de las capitales del Perú para las cafeterías de especialidad. 28 cafeterías han abierto en los últimos años como emprendimientos de productores, empresarios o las propias cooperativas en búsqueda de posicionar el prestigio de los cafés de Amazonas, Cajamarca, San Martín y Piura. Por estos días, las cafeterías empiezan a recibir orgullosas al contingente de baristas y tostadores de todo el Perú que llegarán para la IV Feria Internacional de Cafés Especiales del Perú (FICAFE). Uno de ellos podría ganar el trofeo del mejor barista nacional, otro podría conseguir los mejores microlotes de la reciente cosecha para servir a los clientes de su cafetería.
Este año el FICAFE congregará a 250 caficultores con una aspiración de generar S/. 19 millones en resultados económicos por medio del turismo, ruedas de negocios internacionales y nacionales, y ventas de los proveedores. Este evento demuestra ser de gran importancia para los pequeños y medianos caficultores ya que en el FICAFE 2018 de Chanchamayo, 180 organizaciones lograron compromisos de negocios por más de 5 millones de soles con empresas nacionales e internacionales durante la rueda de negocios.
Los FICAFE son un ejemplo de cómo objetivos comunes y la organización de distintos actores públicos (municipios, gobiernos regionales y ministerios), privados (productores, cooperativas, acopiadores, proveedores y, cada vez más, los emprendedores) y de formación (universidades y centros de conocimientos) son una fórmula exitosa para dar mayor valor a nuestras cadenas productivas. En un contexto donde el valor del café convencional tiene una tendencia de precios a la baja, los esfuerzos de estas ferias deben ser apoyados y multiplicados a todas las ciudades para promover el consumo interno de café peruano. El aporte de FICAFE va en esta dirección al ser un evento masivo que promueve la cultura del café de especialidad, que recibe más precio para el productor y tiene más valor al diversificar la prestigiosa oferta gourmet peruana.
En nuestros símbolos, la cornucopia representa la idea de que la riqueza peruana proviene de nuestros recursos naturales. El Banco Central suele acuñar monedas para resaltar esta riqueza como ya lo ha hecho con la anchoveta y el cacao. Estando ente los principales productos exportados, teniendo a 233 mil familias dedicadas a este cultivo y ahora a cientos de emprendedores abriendo sus cafeterías, es momento de tener una moneda conmemorativa del café peruano. Es más, el FICAFE de este año podría ser el espacio adecuado para lanzar oficialmente los recursos para el tan ansiado Plan Nacional de Acción del Café.
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