Toda empresa que tiene operaciones en el territorio peruano y que percibe ingresos por las ventas o por la prestación de servicios paga impuestos recaudados por nuestras autoridades tributarias. Sin embargo, Internet y los servicios digitales abrieron una pequeña ventana para empresas que captaban ingresos del exterior, añadiendo un desafío para la tributación que tuvo que buscar nuevos mecanismos y estrategias para poder captar impuestos de estas empresas. Ahora que el Perú se suma a la lista de naciones que busca expandir su base tributaria hacia las empresas que ofrecen productos y servicios digitales, la duda más común es si el precio de estos subirá y qué implica para las familias que consumen estos servicios.
Quizás la mejor manera de entender cómo impactará la entrada en vigor de esta medida es comprendiendo cómo los impuestos afectan los productos de bienes que consumimos a diario. En específico, el impuesto general a las ventas o IGV es el tributo recaudado por el Estado cuando se adquiere un bien o cuando una empresa presta un servicio. Esto quiere decir que, cuando vamos a una tienda, cualquier compra o venta que realicemos, está sujeta a este impuesto. Pero, ¿cómo lo pagamos? Usualmente, en cada transacción, el IGV está comprendido en el precio de venta final, el cual nace como una obligación a la empresa que proporciona el producto o servicio. Dado que es la responsabilidad de la empresa, estas deciden cómo distribuir la carga tributaria. En algunos casos, las empresas absorben parte de este impuesto reduciendo sus beneficios, en otros casos, trasladan el costo tributario al consumidor, mediante el aumento de sus precios. Sin embargo, como este se busca aplicar al sector digital, poco conocemos aún de cómo se distribuirá la carga del impuesto entre la compañía y el consumidor.
La experiencia internacional indica que, por ejemplo, Netflix incrementó sus precios en un valor casi equivalente al impuesto en los países que implementaron mecanismos de tributación, por lo que en Perú podría ser un caso similar, al igual que con otros servicios de consumo digital.
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