Los especialistas en el campo del crecimiento económico nos indican que si bien en situaciones de crisis económica es el declive de la inversión (como componente de la demanda agregada) lo que acelera la caída, de forma similar, la inversión es la clave para salir de la depresión.
Consideramos que las medidas adoptadas por el Gobierno a corto plazo en el área productiva y de apoyo a las pequeñas y medianas empresas –tales como el Fondo de Apoyo Empresarial (FAE-MYPE), el Programa Reactiva Perú y el Fondo Crecer– están en el camino correcto, pero seguramente requerirán de ajustes importantes para el cumplimiento de sus objetivos. Uno de los temas más observados por la crítica especializada es la desburocratización de los procesos de aprobación crediticia por parte de Cofide.
Sin embargo, en razón de apuntalar las expectativas de inversión (nacional y extranjera), el Gobierno debe dar señales muy claras –por ejemplo– sobre la implementación del Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC), que involucra una cartera de 52 proyectos, que a corto plazo puede significar una inversión de US$ 30.000 millones. Para ello, muchos sugieren que se debe repotenciar la agencia Proinversión, que tan solo muestra proyectos a corto plazo por US$ 5.500 millones. De igual modo, adoptar innovadores y efectivos esquemas modernos para la gestión de proyectos tales como los PMO (Project Management Office), NEC (New Engineering and Construction Contract) y diversos convenios de gestión que pueden complementarse con las APP. Cabe indicar que el PMO fue el esquema aplicado para los Juegos Panamericanos.
En esta misma línea, la promoción de la inversión minera debe tener la más alta prioridad. Las exportaciones mineras representan el 60 % de las exportaciones totales del Perú. Contamos con una cartera de inversión en el sector minero, por cerca de US$ 60.000 millones. La gestión social en el corredor vial del sur es una muy buena iniciativa, pero el Gobierno debe adoptar una clara señal y posición sobre la implementación de proyectos mineros emblemáticos.
Es indispensable apuntalar el sector agropecuario, y especialmente el agroexportador, que actualmente contribuye con US$ 7.000 millones a las exportaciones peruanas y es un alto generador de empleo. En este sentido consideramos que se debe mantener el actual régimen de promoción agraria y evitar dañar esta legislación que tanto bien le ha hecho al Perú.
En el tema institucional no podemos perder el orden macroeconómico, tanto en el equilibrio interno (crecimiento potencial a la menor inflación) como en el equilibrio externo (niveles de endeudamiento externo que no comprometan nuestra solidez en la balanza de pagos). En este contexto, volver a lograr la fortaleza fiscal es imperativo.
Sabemos que esta lamentable pandemia nos golpeará muy duro, y que nos hará retroceder varios puntos en los niveles de pobreza y extrema pobreza, en tasas de desempleo (fundamentalmente en el sector formal), y que hará recrudecer la informalidad a niveles insospechados. De la seriedad, responsabilidad, firmeza y templanza con las cuales se aborde esta crisis, dependerá poder recibir nuestro Bicentenario de la mejor manera posible.
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