
¿Es verdad que la productividad de los trabajadores latinoamericanos y peruanos es mucho menor a la de los países desarrollados? Desgraciadamente, eso es verdad, pero no siempre en la proporción ni por las razones que con frecuencia se señalan.
En términos fáciles la productividad mide cuánto se produce con el mismo esfuerzo. Así, si Juan, un obrero peruano, se demora un año para hacer una casa y Hans, un obrero alemán, la construye en seis meses; Hans será el doble de productivo que Juan. Un año para una casa, seis meses en Alemania.
¿Será que esa productividad mayor es porque el alemán es más trabajador? Diría usted paisano, paisana, pues no, las cifras muestran claramente que un peruano trabaja más de 2 000 horas al año, mientras que un alemán menos de 1 500. Eso sin contar el tiempo que el peruano pasa en la combi o caminando para ir al trabajo. ¿Será entonces que los peruanos “flojean” más que los alemanes? Es posible si recibieran sueldo fijo, pero no olvidemos que la mayoría de los peruanos no tiene un sueldo asegurado, por lo que sería raro que desperdicien su tiempo sin ganar nada.

La respuesta está más bien en otros aspectos. Uno de ellos es el equipamiento. Así, mientras el obrero alemán transporta hacia el techo el concreto que ya viene premezclado en un carrito elevador, el peruano lo mezcla bolsa por bolsa con una lampa, antes de subirlo, en el hombro, al segundo piso. Pero para hacerlo el alemán se capacitó varios años en el manejo de materiales, planos, máquinas y herramientas, mientras que la mayoría de nuestros “juanes” aprendió todo de manera empírica y; más bien, suplen su falta de técnica solo con gran ingenio.
Algunos dirán que el alemán es mucho más productivo porque, aunque sea una casa similar, la que hizo Hans en Europa tiene un precio mucho más alto que la que se hizo en Perú. Allí sí deberíamos hacer una corrección, pues el que la misma casa cueste más en Alemania que en Perú no depende de trabajadores sino de la situación económica de cada país, sobre todo considerando que el obrero alemán gana mucho más que el albañil peruano.
Es cierto entonces, paisana, paisano, que en otros países los trabajadores son más productivos que en Perú. Pero lo importante es ver que esa menor productividad no se debe a que seamos flojos, lo que no tiene arreglo, sino que nos falta capacitación y tecnología para aprovechar mejor nuestro esfuerzo. Para ello debemos dar mejores herramientas a nuestros trabajadores y también estimular la capacitación, sobre todo la técnica, que los alemanes hacen muy bien y que aquí valoramos poco.
Todo eso aprovechando que tenemos el mejor de los atributos para lograrlo: millones de personas sumamente trabajadoras. ¿Cómo podemos todos, paisana, paisano, incrementar la productividad de los peruanos?
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