El 27 de mayo es el Día nacional de las lenguas originarias del Perú, una conmemoración que tiene su origen en 1975 durante el gobierno del General Velasco cuando el quechua fue declarado lengua oficial. Hoy, la actual constitución considera oficiales a todas las lenguas originarias en donde predominen ¿Y qué pasa dónde no predominen? Esta imprecisión observada por el Dr. Solís y otros lingüistas, tendría que ser abordada en una nueva constitución. Sino ¿cómo se asegurarían los derechos lingüísticos de los pueblos donde no son mayoría?
En el 2017 se aprobó la Política Nacional de Lenguas Originarias, Tradición Oral e Interculturalidad con el objetivo de garantizar los derechos lingüísticos de los hablantes de lenguas originarias en el ámbito nacional reconociendo sus derechos lingüísticos y comprometiendo al Estado para que los servicios públicos sean alcanzados en las lenguas de los hablantes en sus respectivas provincias, así como incidir en las relaciones de poder entre el castellano y las lenguas originarias. Para lograrlo, la política se ha propuesto visibilizar y reconocer las lenguas originarias, asumiendo acciones de afirmación positiva que promuevan su transmisión y aprendizaje, siendo una de las vías la educación intercultural bilingüe en más de 26,000 instituciones educativas.
Si bien la política mencionada es importante para avanzar en derechos, han florecido experiencias interesantes en periodo de pandemia. En redes sociales, hablantes de las lenguas originarias han abierto aulas y talleres para enseñar sus lenguas y con ellas permitirnos ingresar a los mundos andinos y amazónicos. Por otro lado, hay proyectos y programas de diversas organizaciones de la sociedad civil en varias regiones del país para brindar soporte a la educación a distancia ante las limitaciones de la estrategia Aprendo en Casa. Es así que se han generado múltiples experiencias a través de medios locales y en muchas comunidades se han producido respuestas propias, abriendo paso a un conjunto de temas de interés de las poblaciones abordados por sabias, sabios, jóvenes retornantes y otros actores comunales que han revitalizado y fortalecido las culturas propias en sus lenguas originarias, en muchos casos sin coordinación con los docentes y sin ningún apoyo por parte del gobierno.
Podría parecer que la promoción de las lenguas originarias tiene en sus hablantes a sus únicos protagonistas, pero no es así, hay que considerar que los pueblos originarios están presentes en todo el territorio, por otro lado, los castellanohablantes que perdimos la oportunidad de ser multilingües tras la imposición del castellano y la invisibilización y discriminación de las lenguas originarias, también nos corresponde ser sujetos activos en la defensa de las lenguas del Perú, una tarea es exigir que la educación intercultural se materialice en todo el ámbito de la república y que las culturas originarias y sus lenguas sean enseñadas tal como se estableció en la política sectorial de educación intercultural y educación intercultural bilingüe, solo de esta forma nos enriqueceremos con los conocimientos y todos los aportes de las culturas originarias. No podemos perder la oportunidad.
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