La Organización Internacional de Trabajo (OIT) sostiene que las empresas que fomentan la diversidad de género obtienen mayores resultados organizacionales y en menor tiempo que las empresas que no lo hacen. Asimismo, según McKinsey Global Institute, la participación igualitaria de las mujeres en la fuerza de trabajo añadiría 12 billones de dólares a la economía mundial en 2025.
Tomando esto como premisa y al revisar los reportes del INEI sobre la situación laboral en Lima Metropolitana en los años 2009 y 2019, observamos que, del total de la PEA (Población Económicamente Activa) ocupada, existe una mayor participación de hombres que de mujeres, puesto que, a pesar de que la presencia femenina ha crecido en 1.1% en la última década, la diferencia favorece a los hombres en 11% en el 2009 y 8.8% en el 2019.
De igual manera, el ingreso promedio en este mismo periodo, refleja un crecimiento de 62% en hombres (de S/ 1,260.7 a S/ 2,017.4) y 61% en mujeres (S/ 884.6 a S/ 1,448.9). Este indicador ha evolucionado casi en el mismo porcentaje en la última década. Sin embargo, la diferencia a nivel de ingresos ha incrementado a favor del género masculino de S/ 376.1 en el 2009 a S/ 568.5 en el 2019.
Por otro lado, respecto a las políticas públicas e iniciativas creadas para promover la igualdad, podemos mencionar que en el 2017 se publicó la Ley N°30709, que prohíbe la discriminación remunerativa entre hombres y mujeres y en el 2018, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) publicó la Guía de Igualdad Salarial. Además, existen algunas organizaciones que promueven el desarrollo de la mujer en el mundo laboral, como la Organización Internacional de Mujeres en Negocios (OWIT), la Asociación de Mujeres Batalla (AMUBA) y AEQUALES. Esta última, promotora del Ranking PAR, el cual mide los avances de la equidad de género en las organizaciones.
Si bien en los últimos 10 años hemos tenido avances en materia de igualdad de oportunidades en entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, todavía hay mucho camino por recorrer. Por ello, es importante tomar en cuenta que la diversidad de género permite que las empresas aprovechen la diversidad de pensamiento para innovar y tomar mejores decisiones, mejorar su reputación y tener una mayor penetración en mercados, donde la participación femenina está creciendo. En ese sentido, trabajemos por acortar y eliminar esta brecha para impactar positivamente en la economía y en las organizaciones, pero, sobre todo, para que podamos vivir en una sociedad justa e igualitaria
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