Hace un par de semanas, el Ministerio del Interior presentó la investigación Inversión pública en seguridad ciudadana a nivel sub nacional*. Este trabajo, primero en su tipo, responde a una pregunta elemental: ¿en qué invierten los municipios a nivel distrital y provincial en materia de este problema que nos agobia a diario?
El trabajo recopila información de once años, exactamente del 2007 al 2017, y genera conocimiento con un detalle inusual para la historia de publicaciones del sector Interior. Al mismo tiempo, el documento permite tener una visión muy crítica de la seguridad ciudadana en el país a nivel subnacional.
¿Cuánto invierten los gobiernos subnacionales en seguridad? Ahora sabemos que entre el 2007 y 2017 los municipios distritales y provinciales invirtieron 813 millones en proyectos de inversión pública para la seguridad ciudadana. Vale precisar que se incluyen solo a los proyectos de inversión pública activos y con compromiso de pago (devengados).
Uno de los datos que más me impactó es que en esos once años los gobiernos subnacionales invirtieron un promedio de 2.46 soles anuales por cada habitante. Es decir, el equivalente a medio kilo de manzanas rojas.
En un país desigual, cabía esperar que existan municipios que invierten mucho y otros todo lo opuesto. Entre las municipalidades distritales, la de Santiago, en Cusco, es la que acumuló un mayor devengado, por dos proyectos con un total de 25.9 millones de soles. Le sigue Miraflores, con cinco proyectos por 15.6 millones de soles.
Estas cifras adelantan que existe una concentración geográfica de la inversión. Catorce regiones concentran el 90% del total de la inversión pública en seguridad ciudadana. Y de esas catorce, la mitad se queda en Lima, Cusco y Áncash.
Para agravar el asunto, no se invierte más en los distritos de mayor riesgo delictivo. En términos estadísticos, la correlación es baja entre monto de inversión y denuncias y homicidios, según la investigación. Esto es tan ilógico como distribuir micronutrientes contra la anemia en los distritos donde hay niños adecuadamente nutridos.
¿A qué rubros se destinó toda la inversión subnacional en seguridad ciudadana? Son cinco los principales destinos:
- Inversión en infraestructura. Se lleva la mayor parte. Incluye nuevas sedes y módulos de serenazgo, casetas de vigilancia, puestos de auxilio rápido, ampliación y mejoramiento de la infraestructura ya existente y módulos policiales.
- Inversión en equipamiento. Básicamente, se trata de equipos de telecomunicaciones para el serenazgo.
- Inversión en sistemas de monitoreo. Acá están las redes y sistemas de cámaras, sistemas de monitoreo CCTC, centrales telefónicas, cámaras de videovigilancia y la ampliación de estos sistemas.
- Inversión en unidades móviles. Corresponde a lo invertido en todo tipo de transporte para serenos (autos, camionetas, motos, bicicletas, etc.).
- Inversión en capacitaciones. Incluye seminarios, talleres de sensibilización y fortalecimiento de capacidad del personal de seguridad.
A la fecha no hay ninguna evaluación de este tipo que nos sugiera que los 813 millones invertidos a lo largo de once años han servido para reducir la inseguridad.
Mucha de esa inversión produce infraestructura “para las tribunas”, como los puestos de auxilio rápido y algunas cámaras de seguridad.
En efecto, el mismo alcalde George Forsyth, durante la presentación de la investigación que acá comento, señaló que no hay el presupuesto suficiente para asignar serenos las 24 horas en tales puestos de auxilio rápido.
En esa misma línea, hace unos años un gerente de seguridad ciudadana me explicó qué son las “cámaras de vigilancia políticas”. Son aquellas que los municipios instalan a insistencia de los vecinos, pero sabiendo de antemano que hacerlo no es estratégico contra el crimen. Solo sirven para calmar los ánimos de esos vecinos víctimas del crimen.
Según el reporte, escasean los proyectos integrales, es decir, aquellos que buscan invertir en los cinco rubros anteriores y que, por eso mismo tienen mayor capacidad de impacto. Íntimamente relacionado a ello, están las débiles capacidades de los gobiernos subnacionales para desarrollar proyectos sólidos y de impacto. Muchas veces, se contratan consultores para elaborar dichos proyectos de inversión, quienes sin experiencia atinan a copiar y pegar trabajos anteriores o plagian los de otras municipalidades líderes. Por supuesto, huelga señalar que tampoco existe información distrital útil que puedan emplear los propios municipios para construir un mejor diagnóstico local para su realidad.
El propio Ministerio del Interior debería tener un rol más proactivo para mejorar el diseño de tales proyectos de inversión pública. Pero también debería evaluar el impacto de los mismos y su calidad. Así como se construyen pistas de un centímetro de grosor, mis fuentes me señalan que hay sistemas de video vigilancia que se malogran rápidamente, capacitaciones que no tienen mayor utilidad e infraestructura que se convierte en un elefante blanco.
Queremos más presupuesto para la seguridad. Pero mejor si lo invertimos con evidencia que funcionará.
Ministerio del Interior (2019). Inversión pública en seguridad ciudadana a nivel sub nacional. Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana. Lima, 2019. http://bit.ly/2PaRvmq
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