Este año murieron tres bomberos cuando acudieron a una emergencia en El Agustino.
Incendios, destrucción y muertes. Este fue el desolador panorama que marcó el último trimestre de 2016. No solo se reportaron grandes pérdidas materiales, las víctimas humanas enlutaron a todo el país.
Lunes 3 de octubre por la mañana. Una gran columna de humo alarmó a los vecinos del distrito de San Luis. El fuego se desató en la primera cuadra de la calle Mariscal Orbegozo. Se trataba de un almacén alquilado por el Ministerio de la Mujer. Más de tres mil trescientas sillas de ruedas que iban a ser donadas terminaron calcinadas. Un camión con capacidad de 10 toneladas también quedó inservible.
15 días después, otro almacén de un ministerio fue afectado por las incontrolables llamas. Esta vez fue en El Agustino. El fuego inició en una fábrica de calzados y se extendió hasta un depósito de medicinas de la cartera de Salud, ubicado en la avenida Independice, donde documentos de archivos que se quemaron causaron extrañeza.
Pero lo más doloroso de este siniestro no fueron las pérdidas materiales. Tres bomberos que acudieron a la emergencia murieron. Alonso Salas Chanduví, Raúl Sánchez Torres y Eduardo Jiménez Soriano eran integrantes de la compañía Roma 2. La tragedia incluso tocó al presidente, quien lloró en su velorio.
El viernes 4 de noviembre un incendio arrasó con cientos de viviendas en Cantagallo, en el Rímac. La comunidad shipibo-coniba que se asentó ahí sufrió una emergencia humanitaria luego de que 450 casas fueron consumidas y 2 mil personas se quedaron sin hogar.
En la mañana del miércoles 16 de noviembre, un incendio se produjo en las salas del cine UVK de Larcomar en el avant premiere de la película más reciente de Harry Potter. Cuatro personas fallecieron.
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