La pandemia del nuevo coronavirus desnudó diversas falencias en el sistema hospitalario, entre ellas, el desabastecimiento de un insumo vital: el oxígeno. En medio de ciudades sin plantas para producir este insumo, largas filas de familiares para comprarlo y la burocracia, apareció la solidaridad ciudadana. En este informe, RPP repasa este duro momento y proyecta lo que podría venirse.
“Hay un montón de gente con su balón de oxígeno pidiendo auxilio y han muerto varios esta madrugada. ¡Esto es una desgracia! ¡Por favor, hagan algo!”, decía entre lágrimas una mujer identificada como María a la salida de un hospital COVID-19 en el norte del país, durante los primeros días del mes de junio.
Aparte de cargar con el peso emocional de tener a un pariente enfermo, cientos de familiares tenían que sobrellevar otro calvario nunca visto: buscar oxígeno. Durante abril y agosto, sobre todo, la imagen de la pandemia en el Perú fue de personas haciendo filas, con rostros devastados, para comprar este insumo capaz de extender la vida de un infectado con el nuevo coronavirus.
Colegio Médico: "Sigue siendo insuficiente"
¿Cuánto ha cambiado la situación referida a la falta de oxígeno para pacientes con el nuevo coronavirus? Según Miguel Palacios Celi, decano del Colegio Médico del Perú, el déficit del recurso persiste.
“Aquí todo está a nivel de promesa: 'Ya va a llegar, se espera tener...' Lo concreto es que ahora tenemos déficit de oxígeno para enfrentar este rebrote. Es imprescindible cerrar esas brechas para poder tener una infraestructura adecuada del oxígeno”, advirtió.
Palacios Celi recordó que al inicio de la crisis sanitaria "no teníamos más de 10 plantas de oxígeno para 240 establecimientos de salud autorizados para atender casos COVID-19". Según dijo a RPP Noticias, esa medida "fue un error" porque se dejaron de lado a 8 mil centros de primer nivel. "Ni siquiera teníamos la cantidad suficiente de balones de 10 metros cúbicos. Las cifras han mejorado algo, pero es insuficiente”, comentó.
Junio y julio: Cuando nos faltó al aire
Cuando la pandemia empezó a causar estragos, el gobierno y las voces especialistas sobre la materia, centraron el discurso en la necesidad de aumento de camas de hospitalización para unidades de cuidados intensivos, la compra de pruebas para detectar el virus, rastreo de casos y la importancia de la difusión de las medidas de bioseguridad, entre otros aspectos. Pero empezó a surgir el problema del desabastecimiento de oxígeno en diversas regiones del país.
El 6 de julio, la Defensoría del Pueblo publicó un informe que describía la grave situación en la que se encontraba el Perú. Los principales hallazgos de la supervisión que hizo esta entidad sobre el stock de oxígeno medicinal fueron, en ese momento, los siguientes:
- La región San Martín carece de stock por completo.
- Las regiones Arequipa, Madre de Dios y Ucayali poseen un stock inferior a 12 horas cada una.
- En total, 16 regiones reportan un stock de oxígeno medicinal menor a 7 días: Amazonas, Arequipa, Loreto, San Martín, Huánuco, Ica, La Libertad, Lambayeque, Lima Región, Madre de Dios, Pasco, Puno, Tumbes, Ucayali, Apurímac y Áncash.
- Siete regiones han empeorado su situación de stock de oxígeno en comparación con el mapa anterior. A saber: Amazonas con 1.7 días (antes 5.4), Apurímac con 3 días (antes 20), Callao con 9.1 días (antes 9.4), Huánuco con 6.5 días (antes 13.1), Madre de Dios con 0.1 días (antes con 1.8), San Martín con 0 días (antes 0.4) y Ucayali 0.1 días (antes 0.4).
Incluso, publicó un mapa (ver más abajo) con el panorama de crisis del oxígeno. El documento de la Defensoría también remarcaba la falta de acción de las autoridades nacionales. "Puede agudizarse (la situación) si es que el Ministerio de Salud (Minsa) no agiliza su respuesta a la falta de oxígeno medicinal. Hay que recordar que el Minsa tiene una obligación legal, dispuesta por el DU 066-2020, de comprar este medicamento a través del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), siendo notorio el incumplimiento", describía su reporte.
Y también, enfatizaba que, en ese momento, a inicios de julio del 2020, tanto la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) como la Superintendencia Nacional de Salud (SuSalud) incumplían con informar "sobre la disponibilidad, stock y precios de oxígeno medicinal en los hospitales (SuSalud) y al público en general (Digemid)".
La mano ciudadana y de la Iglesia
Sin embargo, cuando la capacidad de respuesta del gobierno empezaba a colapsar, aparecieron respuestas ciudadanas, empresariales y de instituciones como la Iglesia Católica. En Iquitos, surgió la iniciativa de hacer una colecta para la compra de una planta de oxígeno. En ese momento, la voz del responsable del Vicariato de esa ciudad selvática, el padre Miguel Fuertes, se hizo escuchar.
"Les invitaría a que nos ayuden a hacer una cotización aceptable de una buena planta, asequible a la plata que tenemos para maximizar, todo lo posible, la colecta que se está haciendo y que sigue colaborando gente de Iquitos, del Perú y de todo el mundo", dijo a través de RPP Noticias en ese momento.
De Iquitos, con los hospitales colapsados, se irradió la idea a todo el país. En Virú, provincia norteña agroexportadora perteneciente a la región La Libertad, el sacerdote mexicano Aarón Hernández se puso de pie para encabezar una cruzada que parecía imposible denominada “Respira Virú”.
Tras convocar a empresas y autoridades, el monto logrado fue de más de 795 mil soles, lo suficiente para adquirir una moderna planta de oxígeno de 40 metros cúbicos con dos tanques de llenado que pueden funcionar las 24 horas del día y abastecer a 96 balones diarios.
“Se fue recaudando poco a poco y, después, las alcaldías se comenzaron a sumar. Se convirtió en un proyecto totalmente global”, rememoró el sacerdote Hernández.
No obstante, a pesar de la situación de emergencia, hasta ahora la planta no se encuentra operativa debido a trámites burocráticos.
En ese sentido, Hernández Escobar cuestionó al Gobierno Regional de La Libertad. “Nosotros le hablamos al gobernador y le decíamos: 'oye, ¿cuándo va a empezar la instalación? Ya nosotros lo hicimos casi todo. La gente está molesta porque las máquinas llegaron en octubre y todavía no pueden funcionar”, contó.
Hubo, también, historias de empresarios de venta de oxígeno que nunca aumentaron el precio de su producto, por solidaridad, como el caso de José Luis Barsallo, apodado como el 'Ángel del oxígeno'.
La burocracia: el otro virus
En Arequipa, el problema fue similar. Para Ángel María Manrique, jefe de la Defensoría del Pueblo en esta región del sur, existe ineficiencia en las autoridades locales y regionales que deben acelerar los procesos.
“Luego de comprobar la crítica situación de los establecimientos de salud, se propuso adquirir un tanque de 20 mil litros para proporcionar oxígeno a casi 500 camas en el hospital Honorio Delgado que recibe a pacientes COVID-19. Sin embargo, después de su instalación, la planta no está operativa al 100 por ciento debido a que no se culminan las obras de adecuación", señaló.
Tras emitir varios informes al respecto, el representante del organismo defensorial en Arequipa lo tiene claro. “El principal problema con relación a los hospitales y el oxígeno es la gestión del Gobierno Regional. Lamentablemente, no se ha tenido una debida planificación ni una diligente ejecución de los recursos asignados. Ya estamos a finales de año y solamente se ha conseguido ejecutar un 50 por ciento del monto”, dijo Manrique Linares.
¿Y qué hacemos?
¿Qué alternativas se pueden manejar frente a la carencia de oxígeno para tratar a los pacientes COVID-19? Liliana La Rosa, exministra de la cartera de Desarrollo e Inclusión Social y actual decana del Colegio de Enfermeros del Perú, señala que la instalación acelerada de plantas de oxígeno es un buen paso, pero apunta más a un tratamiento oportuno en un primer nivel que evite la dependencia del escaso recurso.
“La pandemia la estamos jugando en las calles, pero existe una visión biomédica errada sobre tratar la enfermedad solo en los hospitales. Necesitamos llegar a ese 80 por ciento de pacientes con síntomas leves que pueden contagiar a los más vulnerables. Si conseguimos aislarlos con alimentación y medicina adecuadas, no van a necesitar oxígeno ni acudir de emergencia a los hospitales”, analizó La Rosa Huertas.
Durante la etapa más crítica de la pandemia, se utilizaron 21 mil 740 balones de oxígeno y observando las experiencias en países vecinos, un rebrote o segunda ola de la pandemia puede presentarse en cualquier momento, según advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo pronto, es importante considerar que, en diciembre de 2020, el nivel de ocupación de las camas UCI en las regiones del norte del país subió hasta superar el 90 por ciento e incluso, hasta coparse.
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