La cantidad de denuncias de violencia escolar o bullying en las instituciones educativas del país según el portal Síseve del Minedu continúa en aumento. Para evitar que este problema gane terreno, son necesarias la aplicación de estrategias integrales donde alumnos, padres y maestros deben ser capacitados. ¿Todo acto es determinado como Bullying? Especialistas opinan.
El caso de la escolar que cayó desde el cuarto piso del colegio Saco Oliveros, en Ate, ha despertado preocupación en la comunidad escolar pues, según los padres de la menor, se trataría de un caso de violencia escolar o bullying. Y mientras el hecho se investiga, otras denuncias se hacen visibles.
Los padres de un menor de 17 años que cursa el quinto grado de secundaria de la misma institución educativa en Ate, denunciaron que su hijo fue agredido en el interior del baño del plantel por otro compañero, causándole un corte a la altura de la ceja y golpes en otras partes del cuerpo. “El agresor lo ataca con un objeto punzante y le corta la ceja, mi hijo se cae al piso y cuando se incorpora recibe más golpes. Hace tres semanas ha recibido mensajes amenazantes”, señaló la madre del escolar.
Las cifras oficiales demuestran que cada vez son más los casos de violencia escolar o bullying reportados tanto por escolares víctimas como por padres de familia, aunque no son un reflejo exacto de la magnitud del problema pues existe un subregistro, ya que muchos casos no son denunciados.
No obstante, de acuerdo con cifras del portal Síseve, plataforma contra la violencia escolar del Ministerio de Educación (Minedu), desde setiembre del 2013 hasta setiembre de este año ya son 48 mil 247 casos reportados. Solo en octubre del presente año ya son 1730 casos de bullying y 97 casos reportados de ciberbullying.
“De esta cifra correspondiente al 2022, el mayor número de casos reportados corresponde a Lima metropolitana, donde podemos identificar 786 casos, seguido de las regiones de Arequipa, Piura y Callao”, detalla Marco Antonio Torres, especialista de la Coordinación de Convivencia Escolar del Minedu.
Estas cifras no son un hecho aislado, corresponden a una realidad que no se puede minimizar: la violencia al interior de las escuelas del país. En el 2019, la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (ENARES) ejecutada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en convenio con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), que tiene por la finalidad de obtener datos e indicadores que permitan cuantificar el nivel de violencia hacia niñas, niños y adolescentes, tanto a nivel del hogar, como en el entorno escolar; obtuvo como resultados cifras preocupantes.
El 66% de las niñas y los niños entre 9 y 11 años afirmó haber sufrido violencia psicológica y/o física en el entorno escolar al menos una vez. Por su parte, el 68,5% de los adolescentes de 12 a 17 años también afirmó haber sufrido violencia al menos una vez en su vida escolar.
La pandemia y la salud mental
Miguel Ángel Vallejos, decano del Colegio de Psicólogos del Perú, señala que este problema está directamente relacionado con la salud mental. Tras la pandemia, la población más vulnerable ha sufrido las consecuencias de esta etapa, entre ellos los niños y adolescentes.
Es aquí donde se hace evidente la necesidad de que todas las instituciones educativas, y no solo las privadas, cuenten con especialistas en psicología. “Tener un psicólogo en un colegio conlleva a generar centros de práctica. En nuestro país aproximadamente están estudiando 150 mil estudiantes de psicología en el 80% de universidades del Perú, entonces tener un centro de práctica que supervise y monitoree un psicólogo, estaríamos sumando toda una estrategia en red consistente en un psicólogo y diez estudiantes de los últimos años”, sostiene el decano.
Agrega que una institución educativa de 500 alumnos requiere como mínimo de 10 profesionales de la salud mental. Cubrir esta demanda en nuestro país no es posible. Según las cifras del INEI, en el Perú hay más de 60 mil instituciones educativas a nivel nacional y más de 8 millones de escolares.
Ante ello, la red de psicólogos y estudiantes propone el Colegio de Psicólogos trabaje también con los padres de familia y los docentes, para capacitarlos en el tratamiento de casos y prevención de la violencia escolar, sumándose así a las brigadas formadas por el Minedu que, hoy por hoy, resultan insuficientes.
Por su parte Daniel Alfaro, presidente del CADE Educación 2022, señala que tras haber retornado a las escuelas, los niños y adolescentes presentan conductas complejas por el poco control de sus emociones. “El aislamiento social, el distanciamiento de familiares y la pérdida de seres queridos, han conducido a una inevitable inestabilidad que se refleja en comportamientos erráticos como el bullying”, sostiene.
Antecedente judicial
Los padres de la adolescente que cayó del cuarto piso al interior del colegio Saco Oliveros responsabilizan directamente al plantel educativo por negligencia y a los docentes por no detectar el acoso escolar que habría sufrido la víctima. Ante la denuncia, la Dirección Regional de Educación de Lima inició investigaciones, las que han sido respaldadas por el propio Ministerio de Educación.
A su vez, Eliana Revollar, la Defensora del pueblo, sobre este caso en particular señaló que la reacción del colegio privado “lamentablemente ha sido muy poco empática”, en declaraciones a RPP Noticias.
Uno de los errores en que suelen caer los directivos de algunas instituciones educativas es minimizar las denuncias o resolverlas sin la diligencia necesaria. Si bien el Perú cuenta con la Ley N° 29719 que promueve la convivencia sin violencia en las instituciones educativas (más conocida como ley antibullying), esta presenta deficiencias para su cumplimiento.
Ya en el 2019 la Defensoría del Pueblo advertía que más del 40% de instituciones educativas urbanas no contaba con medidas implementadas para combatir la violencia escolar. Además, las sanciones a las omisiones en el cumplimiento de los protocolos no están claramente señaladas en la ley.
“En el caso de las instituciones educativas privadas, la investigación, la sanción y los procesos que correspondan están a cargo de Indecopi, quienes pueden establecer las multas para aquellas instituciones que incumplan la norma”, señala Marco Antonio Torres, especialista de la Coordinación de Convivencia Escolar del Minedu.
A inicios de este año, Wendy Ledesma, directora de la Autoridad Nacional de Protección del Consumidor del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), informó que de enero del 2017 a diciembre del 2020, la institución sancionó a 1,780 colegios privados de todo el país con una multa ascendente a 10 millones 511 mil 233 soles. Entre las diferentes causas de las sanciones se hallaba el incumplimiento de las normas sobre convivencia escolar sin violencia (bullying).
En el 2013, el Tercer Juzgado de Familia de Cusco, representado por el juez Edwin Béjar, sentenció al director y a dos docentes del colegio Salesiano del Cusco por “incurrir en una conducta omisiva de deber de cuidado de uno de sus alumnos, ante una situación de acoso que toda la clase y profesores conocían, por lo cual los hace responsable del daño ocasionado”, argumentó el juez, sentenciando a los acusados con diez mil soles de reparación civil además de una multa de S/ 3,700.
Si bien la ley N° 29719 no tipifica el bullying como delito, el juez cusqueño se valió de otras leyes de protección al niño y adolescente para poder garantizar el acceso a la justicia del menor y de su familia.
CAPACITAR PARA IDENTIFICAR EL BULLYING
Por otro lado, ¿todos los casos donde hay signos de violencia son casos de bullying? Luis Basadre, psicólogo educativo sostiene que identificar esta diferencia resultará clave en los padres de familia para orientar adecuadamente a sus hijos y saber intervenir con los docentes:
“A veces hay una sobredemanda de parte de los padres en este tema de intervenir en casos de bullying cuando en realidad no lo son, son casos de conflictos, de falta de habilidades sociales de algunos chicos para integrarse a grupos. Es un tema en el que hay que intervenir sí, hay que desarrollar habilidades sociales en los chicos para que resuelvan sus conflictos de forma sana, pero allí hay un trabajo de capacitación por hacer”, sostiene.
Agrega que las características del bullying son muy concretas: “cuando mi hijo o hija está siendo agredido de forma gratuita, y con la conciencia de que quien agrede está haciendo daño. El agresor no tiene capacidad de defenderse siendo esto sostenido en el tiempo”, detalla.
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