Especialistas analizan el escenario de inmunización en el país, en medio de un proceso de vacunación que lleva a cabo a un ritmo cada vez más acelerado.
El domingo, el ministro de Salud, Óscar Ugarte, informó sobre el ritmo de vacunación contra la COVID-19 en el país. Según indicó, se ha venido vacunando a un promedio de 90 mil personas al día. Esto, sin embargo, con días excepcionales -como el 8 y 10 de junio-, en los que se vacunó a aproximadamente 180 mil personas a nivel nacional.
“Estamos en un nivel de vacunación bastante alto e intenso. (…) Todavía no hemos desplegado toda nuestra capacidad. Se están contratando nuevos equipos de profesionales para la vacunación a nivel nacional. 191 millones de soles se han destinado para ese fin”, señaló el titular del Ministerio de Salud.
A medida que más contratos se suscriben entre el Gobierno y diversas farmacéuticas, más dosis llegan al país y la inoculación puede acelerarse. Este proceso se ha dado en medio de errores y aciertos, y afectaciones al proceso por el caso Vacunagate.
Percy Mayta Tristán, médico e investigador, considera que uno de los errores cometidos en el proceso de inmunización ha sido, primero, empezar tarde por no cerrar contratos con más dosis de la vacuna de Sinopharm.
“Hubiéramos empezado más rápido, pero es un error compartido entre el escándalo del Vacunagate, la campaña de desinformación y la decisión del Gobierno vinculada precisamente a todo este problema, más la falta de información de Sinopharm, que ahora tenemos la información de la OMS pero antes no existía”, precisó.
Cabe mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló en un informe que la vacuna china contra la COVID-19 del laboratorio Sinopharm (cepa de Beijing), que en el Perú fue aplicada al personal de primera línea, protege en 90% el desarrollo de una enfermedad grave.
Maria Ana Mendoza, exdirectora nacional de inmunizaciones de Perú, coincide en que el principal problema es la llegada de las vacunas. “Lamentablemente, la vacunación se está dando en razón a la llegada de las vacunas, y esto no es culpa del Estado ni del Minsa, es lo que está sucediendo en todo el mundo: los países productores acaparan las dosis y para los demás a esperar en fila”, señala.
No obstante, es importante decir que la vacunación se está dando a un ritmo cada vez más acelerado. Edén Galán Rodas, representante del Colegio Médico del Perú, indica: “El escenario es bastante complejo, no es uniforme en todo el país. No en todo el país se está vacunando al mismo ritmo. (…) Hay otras regiones en las que se están incrementando los casos y fallecimientos y están saturándose las unidades de cuidados intensivos”.
COMORBILIDADES, TRASTORNOS Y ENFERMEDADES RARAS
Personas como aquellas con síndrome de down, esquizofrenia, trastorno bipolar, enfermedades raras y trastornos psiquiátricos han sido incluidos en la lista de inmunización de la COVID-19. Estos grupos han sido priorizados por el comité de ética del Ministerio de Salud, según informó el ministro Óscar Ugarte.
Asimismo, en junio se empezó con la vacunación de las mujeres embarazadas a partir de las 28 semanas de embarazo.
“Lo importante es que se está dando en la medida de lo posible, no es para todas las comorbilidades, como debiera ser, pero es un avance en poblaciones más vulnerables como enfermedades mentales y huérfanas y raras”, señala Mendoza.
Por su parte, la médico especialista en el control de enfermedades infecciosas Ángela Uyen señala que estas enfermedades se van tomando en cuenta conforme a con qué rapidez llegan las vacunas y resalta la desigualdad en el proceso de inmunización en cuanto a Lima y provincias.
“Lo que sí me preocupa es que no se está implementando el proceso de vacunación con el mismo ritmo en las provincias. Esto debido a las barreras, por lo cual hay que incidir más y tener un buen plan logístico, para que las vacunas lleguen a todo el territorio nacional. Sobre todo debemos preponderar a los más vulnerables, lugares que tienen menos camas de UCI, aquellos que tienen población vulnerable, incluyendo comunidades indígenas mayores de 80 o de 70 años”, explica.
Sobre la rapidez del proceso de inmunización, Percy Mayta propone un tema potencial a revisar, que depende de la evaluación de con qué frecuencia llegan al país los lotes de vacunas.
El Gobierno ha anunciado que el próximo fin de semana arranca la vacunación contra la COVID-19 para las personas con cáncer y VIH (virus de la inmunodeficiencia humana). Ello también como parte del Plan Nacional que prioriza a la población vulnerable ante el coronavirus.
AGLOMERACIONES Y CENTROS DE VACUNACIÓN
El 16 de abril, el Gobierno inició la estrategia de vacunación territorial universal, poniendo a disposición del público un número de centros de vacunación a nivel nacional. Asimismo, se implementó la modalidad del Vacunacar, para que las personas que cuentan con un auto propio puedan acudir a su cita y ser inoculadas sin descender del vehículo.
A pesar de que se estableció un orden de prioridad según el número del documento de identidad de las personas, se han registrado aglomeraciones en algunos centros de vacunación, que de acuerdo con Percy Mayta están vinculadas a auqellas personas que intentan ser vacunadas antes de sus fechas.
“Esto genera cierto ruido y pasa, en parte, porque no hay una buena comunicación por parte del Gobierno y porque hay grupos y personas incentivando este desorden”, explica.
Por su parte, María Ana Mendoza destaca que la mayoría de centros de vacunación hayan sido implementados en lugares al aire libre, ya que así se asegura el distanciamiento social necesario para prevenir la COVID-19.
EN ADELANTE
Edén Rodas Galán explica que el Ministerio de Salud posee normativas que pueden acelerar los procesos de vacunación, sobre todo en un momento en el que lo más importante es sumar esfuerzos para que esta se realice lo más rápido posible.
“Hay normativas pero todavía no la reglamentación y no se puede llevar adelantes”, indica y agrega que, por ejemplo, los internos de las carreras de Ciencias de la Salud pudieron iniciar el trabajo de vacunación, sin embargo, todavía no se encontraban vacunados.
Por otro lado, para Percy Mayta, es vital pensar en las personas diabéticas menores de 60 años, debido a que no se cuenta con un registro nacional hasta la fecha. “No sabemos exactamente si se les va a incluir o no y cómo va a ser el procedimiento”, sostiene.
Finalmente, Angela Úyen asegura que, si bien hemos empezado con un buen ritmo de vacunación, debemos tener en cuenta que estamos empezando con “la población fácil de alcanzar”. El reto serán las provincias y las poblaciones más alejadas.
“Conforme se vaya bajando en la edad de vacunados vamos a encontrar más dificultades. Vamos a encontrar, por ejemplo, de que son poblaciones que pueden tener mayor desconfianza o reticencia a la vacuna, por lo cual la comunicación va a ser básica. Conforme vayamos ampliando ya se va a salir más de Lima y se va a tener que llegar a lugares más alejados, que no pueden tener la capacidad de cadena logística requerida y la cantidad de recursos humanos necesarios”, comenta.
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