La Policía Nacional investiga la muerte del joven de 21 años en una calle del distrito de Hunter. Al costado del cuerpo se halló un revolver, por lo que no se descarta que se disparó al manipular el arma. Su amigo huyó de la zona.
El vigilante Fabricio Borja Molina, de 21 años, murió la tarde de ayer de un disparo en la cabeza, en el distrito de Hunter en extrañas circunstancias.
El hecho ocurrió en el cruce de las calles Los Andes y Bélgica. Según los vecinos del lugar, Fabricio Borja se encontraba bebiendo licor junto a otro joven, cuando escucharon un disparo.
Los vecinos salieron y vieron al joven tendido en el suelo, trataron de ayudarlo, pero ya no respiraba. Llamaron al servicio de serenazgo y a la Policía, mientras que su amigo escapó por un callejón que da hacia las chacras aledañas.
Los primeros en llegar fueron los serenos que acordonaron el lugar y se comunicó a la Fiscalía.
Los peritos encontraron un revolver al costado del cadáver por lo que la Policía de Homicidios maneja dos hipótesis: la primera es que el joven habría tenido una riña con su amigo y le disparó. La segunda es que el vigilante manipuló mal el revólver y se disparó.
La fiscal dispuso el traslado del cuerpo a la morgue para realizarle la necropsia de ley.
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