Hoy somos el país con más víctimas mortales por millón de habitantes en el mundo, sólo en cifras oficiales, que sabemos subestiman la realidad mostrada por un organismo gubernamental como el SINADEF, todo esto debido a las desastrosas políticas de salud y a la escasa implementación de medidas efectivas para enfrentar la pandemia del Covid, durante los gobiernos de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti.
Desde el estado, nunca existió una verdadera cultura de la prevención para medir las reales consecuencias de la pandemia, no tuvieron siquiera la habilidad de observar que medidas se estaban implementando en aquellos países del mundo que obtuvieron mejores resultados.
Un craso error fue abandonar el primer nivel de atención, postas médicas, las que estuvieron abiertas no contaban con los implementos necesarios para hacer un diagnóstico temprano de la enfermedad como saturómetros y termómetros digitales, así como con el número adecuado de personal con EPPs para salir a buscar casos sospechosos para un aislamiento oportuno y cortar la cadena de contagios, se debió entregar kits a los grupos familiares como se hizo en Colombia (saturómetro, alcohol y mascarillas).
Los establecimientos de salud de capacidad resolutiva intermedia, tipo Centros de Salud y Policlínicos no contaban con camas ni con balones de oxígeno para atender a las personas empezaban a desaturar, porque ya se sabe que el oxígeno de administración temprana es lo que hacía la diferencia entre la vida y la muerte. Por otro lado, los hospitales de mayor “capacidad resolutiva” no tenían plantas de oxígeno, camas UCI, y se llenaron de personas que venían con saturaciones muy bajas, la gente prácticamente llegaba a morir a la cama de un hospital si es que la conseguía, o en la cola esperando que lo atendieran.
No se compraron pruebas moleculares que fue el estándar mundial para el diagnóstico temprano de la enfermedad, se compraron pruebas rápidas que engañaban a la población.
La población en su desesperación hacía lo que podía, muchas veces sabiendo el diagnóstico pero, sin contar con un centro de salud ni médico al cual acudir, se automedicaba provocando por ejemplo disminución de las defensas con los corticoides (medicamentos antinflamatorios muy potentes) en la primera semana de la enfermedad, algo que es contraproducente y muchas veces llevaba a la muerte del paciente. Faltó educar y eso se hace en el PRIMER NIVEL DE ATENCIÓN.
Ahora sabemos que nuestros gobernantes, han adquirido las vacunas más caras y las menos eficaces, las chinas de Sinopharm; ni siquiera conocemos cuándo van a llegar a nuestro país y en qué cantidades. Países del primer mundo como Israel, se fijaron como objetivo ser de los primeros estados en salir de la pandemia y ya estiman que para fines de enero de 2021, tendrán vacunados a un cuarto de toda su población…eso no es magia, se logra trabajando profesionalmente y aplicando políticas de salud competitivas.
En un futuro gobierno de Renovación Popular, una de las primeras medidas será implementar las postas médicas con el material necesario (pruebas antigénicas y moleculares –eliminar burocracia-) y personal calificado y bien remunerado para una vigilancia activa de la enfermedad y con la ayuda del ejército distribuir kits de forma masiva, para un diagnóstico oportuno de la enfermedad, en un futuro cercano dentro de nuestro gobierno renovar y crear hospitales de nivel internacional dentro de las regiones que actualmente se caen a pedazos, sin ir muy lejos el hospital emblemático de la segunda región del Perú, Arequipa, H.R. Honorio Delgado, no cuenta con tomógrafo ni resonador, increíble.
Durante nuestro gobierno, ampliaremos las negociaciones con otros laboratorios farmacéuticos de prestigio que nos aseguren una vacuna con una efectividad superior al 90% y a precios accesibles que no demanden un alto costo para nuestra caja fiscal. La salud y la vacuna gratuita para todos los peruanos será una prioridad y un derecho que enarbolaremos como bandera.
Estoy recorriendo todo el país desde hace varios meses, y escuchando las necesidades de todos los ciudadanos y vecinos, especialmente de quienes viven en el interior; y algo que me llama poderosamente la atención, es ver como nuestros gobernantes se han olvidado de su pueblo, de la atención de las necesidades básicas de todas las personas; salud, agua, vivienda y trabajo…veo una verdadera indiferencia hacia todos los peruanos que no puede continuar.
Comparte esta noticia