La educación necesita bases sólidas y para ello se debe cerrar la brecha de atención alimentaria, nutricional y de salud de los niños entre 0 a 3 años de edad, la misma atención que deberíamos tener con las familias y grupos excluidos del acceso a la educación. Ese es el gran desafío que tiene la enseñanza pública, sobre todo ahora que vivimos una terrible pandemia.
Pero también debemos cerrar las brechas de infraestructura, investigación, capacitación y revalorización del magisterio, aunque para ello necesitamos recursos.
En Victoria Nacional proponemos un aumento gradual del presupuesto dedicado a la educación de 3,8% del PBI durante el presente año a 4,5% en 2022, para llegar al 6% en el año 2023.
Trabajaremos para mejorar las desigualdades en el ámbito de la educación escolar impartida y las competencias que demanda el mercado laboral. Por ello, implementaremos en los dos últimos años de secundaria la opción de seguir una enseñanza técnica que proyecte al estudiante a continuar estudios superiores tecnológicos, los cuales fortaleceremos con práctica intensiva en empresas implementando la “Educación en Alternancia”.
El maestro es el protagonista del proceso educativo. Es necesario romper el círculo vicioso de bajo nivel de actualización, baja calidad educativa y bajos sueldos sin echar por tierra el criterio meritocrático, haciendo que éste implique un verdadero incentivo de superación. Para ello proponemos un “Plan de Carrera con Formación Continua” haciendo que los ajustes salariales se den en función del compromiso de capacitación constante del docente.
Crearemos la “Carrera de Desarrollo Profesional del Docente” por niveles de formación continua, asociada a aumentos salariales por méritos de aprendizaje en 4 ejes: capacidades educativas (actualización de conocimientos sobre las materias), capacidades pedagógicas (actualización sobre los métodos educativos), capacidades humanas (atender demandas de tipo afectivo, emocional y social) y capacidades investigativas (trabajo de investigación aplicado a su realidad local).
El 90% de los locales de educación básica tiene instalaciones inadecuadas. Nuestro programa de infraestructura mejorará la calidad y la velocidad de ejecución de los proyectos regionales y locales con acompañamiento técnico del gobierno central.
Debemos aumentar la cantidad de docentes en zonas rurales, donde hay 1.2 millones de estudiantes, de los cuales apenas 7% recibe servicios educativos poli docentes frente a los 4.8 millones de estudiantes en zonas urbanas, 80% de los cuales reciben servicios poli docentes.
Esta situación agrava la deserción escolar rural. Para ello atraeremos a docentes estableciendo un servicio tipo SERUMS, tal como los doctores lo tienen en su formación.
Desarrollaremos en todo el país una red de “Escuelas de Padres” nocturnas en colegios, comedores populares y en la red de Centros de Esparcimiento y Deporte para fortalecer lazos de comprensión entre padres e hijos, reducir conflictos intrafamiliares y reducir conductas disfuncionales.
El plan “Aprendo en Casa” ha sido muy deficiente en calidad y desigualdad por la falta de conectividad. Aceleraremos la ampliación de la conectividad en todo el país y para la etapa post Covid-19 transformaremos la experiencia de educación remota en un modelo de educación semipresencial.
Nuestra meta es distribuir en 2023 una tablet configurada con el programa de estudio del año en curso y una biblioteca digital al 100% de los alumnos de primaria. Con capacitación de docentes en dictado online y en su nuevo rol de tutor presencial y remoto, orientado al desarrollo de competencias blandas.
Lo vengo reiterando en mis recorridos: la educación y la salud serán los ejes de mi plan de gobierno. ¡Mi compromiso siempre será con el Perú!
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