La mirada hacia el otro, y en este caso, el otro extranjero, no es fácil de medir. Las encuestas, ayudan a aproximarnos a las opiniones de la población local sobre la migración. Las dos últimas encuestas publicadas por el Instituto de Opinión Pública (IOP) dan unos alcances sobre lo que piensa la población peruana hacia el (relativamente) nuevo fenómeno migratorio que vive actualmente el país. Varias de estas opiniones reflejan creencias y aproximaciones positivas hacia la migración.
En una primera encuesta publicada el mes pasado, se reporta que más del 60% de la población peruana encuestada piensa que las personas venezolanas son agradables. Considerar a un grupo como agradable o desagradable implica tener contacto (incluso inicial) con dicho grupo. De hecho, más del 65% de los encuestados afirma haber visto personas venezolanas en la calle. En ese sentido, la cercanía o relacionamiento entre ambos grupos permite tener un juicio de valor sobre la población venezolana (y viceversa, aunque no se mide en esta encuesta). Ahora bien, que esta percepción sea positiva para una mayoría puede explicarse por una serie de aspectos tales como los culturales (por ejemplo la amabilidad del grupo migrante) que deberían ser analizados en el futuro.
En otra encuesta del IOP sobre inmigración, la población local afirma en más del 40% que la migración fortalece la diversidad cultural. Esta afirmación es sumamente interesante porque, a diferencia de la primera, refleja no solo un contacto con otra población sino una reflexión alrededor de los aportes de la migración de manera mucho más amplia. Es decir, ya no estamos midiendo la percepción subjetiva sobre una población, sino la opinión acerca de los impactos de la migración en la sociedad de acogida. El resultado puede explicarse, por un lado, por el fenómeno de la migración venezolana, y por otro lado, por la experiencia de la población peruana hacia la migración internacional. Se calcula que un 10% de la población peruana reside en el exterior. Ello implica que un alto porcentaje de la población peruana o bien ha vivido en el exterior un tiempo o tiene parientes y amistades migrantes que participan en la construcción de sociedades de acogida más inclusivas y diversas. Queda por indagar cómo las experiencias personales de migración influyen en los discursos y actitudes frente a la acogida de personas extranjeras.
Toca entonces seguir pensando sobre estas percepciones y buscar fortalecerlas para contrarrestar los discursos de rechazo y exclusión.
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