En este tiempo de crisis ocasionado por la COVID-19, con interminable información que nos llega de muchas fuentes, mil recomendaciones y diez mil augurios, es difícil detenerse un momento y pensar cuál es la información que vale la pena leer y cuál debemos dejar pasar. Pero considero que existen dos variables con un mayor grado de rigurosidad y que son útiles para sacar algunas conclusiones, una más que otra. Estas variables son la población de cada país y el reporte de los fallecidos por causa de este coronavirus.
El número de muertos por esta pandemia puede estar sujeto a muchas interpretaciones, metodologías y hasta ocultamientos intencionales por parte de algunos estados, pero por algo hay que empezar. Preparé un cuadro con los veinte países con mayor mortandad registrada, según datos del jueves 28 de mayo de Worldometers, y los ordené en función de la tasa obtenida de dividir los muertos declarados sobre la población total:
Qué razones pueden llevar a un país como Bélgica a ocupar el primer lugar de esta lista, al Reino Unido al tercero, al Perú a estar en la decimotercera posición y a Alemania al decimocuarto lugar, por citar a algunos: la edad de sus poblaciones, el sistema de salubridad pública, el respeto por las medidas y la compatibilidad de estas con la cultura, el nivel educativo, la concentración de las poblaciones, el clima, los tratamientos que se están dando, el momento donde se inician los tratamientos... Y podrían sumarse muchas variables más, todas con distinto peso en esta ecuación tan difícil de definir si queremos saber qué impacta más en la tasa de mortalidad de los países nombrados.
Pero lo que sí podemos saber es qué hicieron los países que han tenido éxito en esta lucha (lo cual siempre es relativo con respecto a los estándares que se fijan), y Japón, con 858 fallecidos por la COVID-19, es un buen ejemplo.
Según Fernanda Paul, de la BBC de Londres, Japón aplicó las siguientes estrategias:
- Sin aislamiento obligatorio
- Aislar a los grupos de contagio
- Distanciamiento social
- Preparación y reacción rápidas
- Medidas de higiene
Obviamente, en la misma línea de lo descrito, hay muchas variables a considerar y que son particulares de cada país, para saber si necesariamente lo aplicado por Japón tendría el mismo resultado en otros países, aunque el sentido común pareciera decir que sí.
En resumen, cuando pase esta pandemia (que pasará) habrá mucho espacio para realizar investigaciones que nos permitan obtener modelos de respuesta “personalizados” para futuros eventos de este tipo, eventos que inevitablemente seguirán ocurriendo, como ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad; sin embargo, el efecto que tengan va a depender de nuestra capacidad de definir cuáles son las variables que importan.
Comparte esta noticia