Desde hace varios años, el Gobierno chino viene impulsando una política marítima global que incluye la pesquería en todos los océanos y el sureste del océano Pacífico, uno de los más productivos del mundo, no ha sido la excepción. La flota china que captura pota ha tenido un crecimiento importante. Según el Organismo Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur, OROP-PS, han pasado de 250 embarcaciones en el 2012 a 654 registradas en el 2022.
Entre la desigualdad y la preocupación
La flota china es, de lejos, la más numerosa dedicada a estas pesquerías, con un gran despliegue logístico para el abastecimiento y el transporte de las capturas de la flota en el alta mar. Esto ha generado preocupación por diversas razones, en especial entre los pescadores locales dedicados a esta actividad, así como de diversas instituciones públicas y privadas en América del Sur.
En 2020, con el DS 016-2020-PRODUCE, se estableció que en el Perú las embarcaciones que capturan recursos transzonales (como la pota) debían contar con el sistema de seguimiento satelital peruano y en funcionamiento ininterrumpido durante los últimos 6 meses. Solo de esta forma podrían pasar a puerto.
Hasta donde tenemos información esta medida ha restringido de manera significativa el acceso de embarcaciones chinas al país. Sin embargo, aún existen algunos motivos de inquietud a tener en cuenta: el incremento del esfuerzo de pesca de esta flota; la poca transparencia en el registro de capturas que se transbordan en altamar; la resistencia para ampliar la presencia de observadores a bordo y la cercanía de las operaciones de pesca a determinadas zonas, como el borde de las 200 millas en las Galápagos y en Perú, son algunos de ellos.
Cercanías peligrosas
Al respecto Global Fishing Watch, la plataforma de seguimiento en internet a las flotas pesqueras del mundo ha tenido un rol fundamental en la visibilización de la operatividad de esta flota. Justamente esta plataforma muestra desde hace algunas semanas que la flota china que captura pota está operando desde aproximadamente 60 millas del borde de las 200 millas tanto del Perú como de Ecuador (Galápagos).
En ese sentido, es necesario mantener su seguimiento y que esto perdure en el tiempo, pues reducirá la presión a este recurso, el más importante de la pesquería artesanal peruana, en la zona adyacente a nuestro dominio marítimo.
Explicaciones pendientes
Recientemente se ha llevado a cabo una reunión de la OROP-PS (la instancia técnica) pero nada se ha mencionado al respecto. En cuanto a la pota, se ha centrado en los temas genéticos (para determinar si hay uno o más stocks en esta parte del Océano Pacífico) y en acordar que todos los países que participan en sus capturas provean información confiable de su performance. En la reunión de inicios del próximo año, deberá explicarse mejor este tema y dar más luces sobre su adopción.
Quedan pendiente, no obstante, los otros temas que hemos mencionado acá: mayor transparencia, mayor transparencia en el registro de sus capturas y que se establezcan cambios sustanciales en la logística de esta pesquería. Adicionalmente, una mayor coordinación de Ecuador, Perú y Chile (especialmente en estados ribereños) para asegurar la sostenibilidad de esta pesquería en el seno de la OROP-PS que genera cerca de 1 000 millones de dólares de exportación y es, hoy en día, una de las principales especies que se consumen en el país.
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