El 14 de octubre se publicó en el diario oficial El Peruano el DS 164-2021-PCM que establece la Política General del Gobierno para el período 2021 al 2026, en correspondencia con lo establecido en la Constitución, las leyes relacionadas con el poder ejecutivo en el inicio de sus funciones y en correspondencia a la visión del Perú al 2050.
En dicho documento se han identificado 10 ejes, 33 lineamientos prioritarios y 137 líneas de intervención, relacionados al discurso presidencial del 28 de julio de este año y que serán aplicados por el poder Ejecutivo y los gobiernos regionales y locales.
En particular, el eje 2 sobre la reactivación económica y actividades productivas con desarrollo agrario y rural, menciona a los empleos y actividades urbanas, turismo y artesanías, severamente golpeados por la pandemia. Sin embargo, también hay que decirlo, llama la atención la ausencia de la actividad pesquera, en particular de la pesca artesanal que es una importante proveedora de alimentos de alta calidad para los peruanos y peruanas y que enfrenta múltiples e históricos obstáculos para su sostenibilidad y el bienestar de quienes viven de ella.
Como la norma menciona su vínculo con el discurso del 28 de julio del presidente de la República, cabe recordar lo que dijo sobre la pesca y la acuicultura en esa oportunidad:
“Revisar las condiciones económicas de las grandes empresas y establecer un mayor pago de derechos de pesca (incrementar ingresos tributarios), ampliar el valor agregado y la diversificación de las pesquerías (en particular de la anchoveta para consumo humano), ampliar la fiscalización, reforzar la investigación para la sostenibilidad y promover la micro y pequeña acuicultura orientada a la alimentación con énfasis a los programas de asistencia alimentaria”.
Hace 10 años que no tenemos una innovación significativa en el sector pesca, ni en productos ni en empaques, como, por ejemplo, con aquellos bienes que tienen a la anchoveta como su principal insumo. El producto más importante en esta actividad son las conservas en hojalata, que representan el 50% o más de los costos.
Añadimos la importancia de la trazabilidad y la incorporación de la tecnología de manera conveniente para los pescadores artesanales (registro de capturas, geolocalización), así como asegurar la sostenibilidad de los recursos pesqueros.
Advertíamos, en la Agenda Azul que Oceana ha impulsado en los últimos meses, sobre la pertinencia de tomar decisiones relacionadas a las regulaciones de las pesquerías peruanas y la oportunidad que se abre en un nuevo periodo gubernamental, pero que han estado largamente postergadas.
El Decreto Supremo comentado incluye también un proceso de seguimiento entre el poder ejecutivo y el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN). Esta es una oportunidad para explicitar los temas prioritarios relacionados a la pesca y a la acuicultura, como los señalados. Consideramos que es necesario compensar esta gran omisión sobre la pesca en la Política General del Gobierno en un país con pesquerías importantes a nivel mundial.
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