Sin lugar a dudas, la pandemia de la COVID-19 cambiará profundamente nuestras vidas. El consumidor está pasando más tiempo en casa, por el teletrabajo, la educación de los hijos y el temor a contagiarse, por lo que productos como telecomunicaciones, banda ancha, streaming y delivery de alimentos tienden a incrementarse. Además, el consumidor se ha preocupado más por la salud y por cuidar su economía.
En conclusión, la pandemia afectará a los consumidores y su hábito de estilo de vida a futuro, pero ¿cómo será el consumidor pos-COVID-19? La consultora Euromonitor pronostica siete estilos de vida de los consumidores, el primero lo denominan Impulsivo, que es un consumidor orientado a los descuentos y ofertas, que busca mantenerse al día con las nuevas tendencias y experiencias personalizadas y atractivas. Adicionalmente, es proclive a las compras online. Se estima que representa el 16% de la población mundial.
El segundo es denominado Minimalista, al cual no le da mucha importancia a su imagen y se esfuerza por vivir dentro de un estilo modesto. Valora el ahorro y es poco probable que compre productos de lujo o no esenciales. Este consumidor valora las compras de cercanía y los productos locales. Representan el 13% de la población. El tercer grupo es el Activista, que prioriza la autenticidad y, a menudo, se preocupa por los problemas globales. Su comportamiento de compra y sus acciones están en línea con sus valores. Este consumidor apoyará empresas ecológicas y sostenibles, así como organizaciones de bien social. Se estima que representa un 12% de la población.
El cuarto grupo es el Tradicional, el que compra sólo lo necesario, está muy influido por el precio y es probable que compre la alternativa más barata. Es un consumidor muy frugal, pero es probable que acumule productos esenciales, dejándose llevar por descuentos por volumen o compras a granel. Se estima que un 12% de la población tiene este estilo de vida. El quinto lo forman los Conservadores, el que prioriza las compras familiares, siendo poco probable que le dé mucha importancia a su imagen o sigan las últimas tendencias. Le gusta estar en casa con su entorno familiar, pero por las circunstancias recurrirá a experiencias virtuales y plataformas para conectarse con su entorno, sus motivadores de compra son la necesidad y el precio. Se estima que representa el 9% del universo.
El sexto grupo es el llamado Autocuidado, que valora los viajes internacionales y las experiencias culturales diferentes a las suyas. Solo representa el 5% de la población. Debido a que la industria del turismo es la más afectada con la crisis, es probable que cambien sus preferencias de viaje a experiencias virtuales o viajes domésticos, hasta que las medidas preventivas le permitan, nuevamente, reanudar sus actividades habituales. Finalmente, tenemos al Planificador, el que cuida su dinero y difícilmente hace compras impulsivas, solo consume productos probados y reconocidos, no dejándose influenciar por las tendencias. Ante la crisis seguirá con su comportamiento frugal y priorizarán el ahorro.
Es importante que las empresas e instituciones tengan en cuenta estos nuevos estilos de vida y traten de adaptarse a ellos.
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