La exposición “Dora Mayer. La perseverancia femenina frente a su tiempo” y el último número de la revista Libros & Artes, titulado “Clorinda Matto de Turner, la obrera del pensamiento”, son las más recientes contribuciones a la difusión de la obra y el ideario de estas dos importantes escritoras peruanas. Con ello, el Centro Cultural Inca Garcilaso (Ministerio de Relaciones Exteriores) y la Biblioteca Nacional del Perú, respectivamente, se suman a las nuevas lecturas que estas intelectuales han vuelto a despertar en los especialistas y en el público.
La edición 89-90 de la revista Libros & Artes es una invitación a conocer a Clorinda Matto de Turner (1852-1909) no solo como escritora de ficción sino en su faceta como columnista, editorialista, en sus cartas o en sus crónicas de viaje, entre muchos otros materiales que en los últimos años están saliendo a la luz gracias a nuevas antologías de su obra (el año pasado, Julio Gutiérrez Samanez publicó una compilación de estudios y notas sobre su vida titulado Apologético en favor de Clorinda Matto de Turner).
Se sabe y se ha escrito mucho, por ejemplo, de su famoso libro Aves sin nido (1889) –novela que relata los abusos de los gobernantes y del clero contra los campesinos– pero pocos conocemos sobre la secuencia de cartas y quejas que despertó el libro entre los limeños de fines de siglo XIX. La carta pública que Matto de Turner dirigió al presidente la Unión Católica del Cusco, Fernando Pacheco, debería formar parte de un capítulo de la historia de nuestra literatura: “Y si por haber denunciado ante las autoridades eclesiásticas y civiles y ante la sociedad abusos que no tienen razón de ser en el Perú libre, se me persigue y calumnia y se me quema mi busto, no importan señor: la semilla está sembrada y aun cuando me llevaréis a la mazmorra de Galileo, o me hicieras beber la cicuta de Sócrates [...] AVES SIN NIDO dirá ante las generaciones venideras: ¡SALVAD, REDIMIDME LA RAZA INDÍGENA DEL PODER DEL MAL CURA, DEL CACIQUE Y DEL ALCALDE!” (Libros & Artes, n.° 89-90, p. 6)
El uso de las mayúsculas refleja claramente la indignación de la escritora, pues no soporta la silenciosa complicidad de los limeños ante las injusticias de los religiosos contra los propios peruanos. Matto de Turner se esfuerza por explicar que el propósito de su novela no es hablar mal de los sacerdotes sino exaltar y venerar al verdadero y acusar al que no ejerce adecuadamente su función. Otros artículos del número están dedicados a las veladas literarias que ella organizaba en la capital peruana (Evelyn Sotomayor), a sus viajes por América y Europa (Vanesa Miseres) y a las similitudes y diferencias entre sus ideas y el feminismo de comienzos del siglo XX (Francesca Denegri), que ya empezaba cundir.
La vida de Dora Mayer (1868-1959), a la que nos podemos acercar gracias a la muestra bio-bibliográfica realizada por el Centro Cultural Inca Garcilaso, todavía está por escribirse, y es por ello que es una oportunidad para acercarnos a una figura aún ausente en nuestros estudios. En la exposición, el visitante tiene la oportunidad de conocer manuscritos, cartas y algunas ediciones de sus libros, lo que permite comprobar la constancia de su producción intelectual y la vehemencia con que defendió sus ideales. Hija adoptiva de migrantes alemanes, fue la fundadora de la Asociación Pro-Indígena (1909), activa colaboradora de la revista Amauta y, posteriormente, una atenta estudiosa de la evolución del pensamiento político peruano de la primera mitad del siglo XX, se trata de toda una vida que aún está por escribirse. Entre otros artículos y cartas, encontramos tanto sus críticas al recién fundado Partido Aprista Peruano como al imperialismo, al anticlericalismo (ella no estaba de acuerdo del todo con los “vanguardistas”, que querían fundar un estado laico), a la Empresa de Cerro de Pasco y a los movimientos fascistas que empezaron a proliferar en la década de 1940. A Mayer también se le recuerda por su íntima relación (y estrecha colaboración intelectual) con el filósofo Pedro Zulen.
Si hay algo en común que destacar en la vida y la obra de Clorinda Matto de Turner y de Dora Mayer es el hecho de que siempre se preocuparon por crear una sociedad peruana mucho más libre y democrática, características principales del estado moderno. “La libertad la aman el patricio como el plebeyo, y todos los hombres deben poderse sentir libres dentro de un radio que la razón señala como suyo” dice Mayer en “El objeto de la legislación” (1909, p. 11). Sin embargo, construir una sociedad con libertades democráticas no es nada fácil. “La democracia es el mejor tesoro que guardamos en América para la humanidad (...) pero en la práctica prevalece un caos de métodos que no permite a nadie defender sus derechos o conocer sus deberes” (p. 13).
Las dificultades que encontraron estas mujeres en el camino no fueron pocas. Ellas fueron las primeras en tener que revelar las injusticias que imponían muchos prejuicios, aún vigentes en su época, a la vez que tuvieron que interpretar los vertiginosos cambios que producía la modernidad en el país. Muchas de sus críticas, que reclaman por las posiciones iconoclastas, la corrupción de los gobernantes y la indolencia de los que deben actuar y no lo hacen, son importantes lecciones para el ambiente cultural y político actual de nuestro país. Toca a nosotros regresar a sus escritos –destinados siempre a la búsqueda de la libertad de pensamiento y acción– para saber por qué lucharon y qué es lo que aún falta por hacer.
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