A inicios de este año, un país africano, Zimbabue, sufrió el corte intencional de los servicios de Internet por mandato de su gobierno actual. Así como en Zimbabue, otros países en África y Asia también han sufrido temporalmente cortes de este servicio, el cual se viene tornando, tanto para los ciudadanos como para las organizaciones públicas y privadas, tan primordial como el servicio de agua o luz.
La organización Access Now tiene como misión defender y extender los derechos digitales de los usuarios en todo el mundo. Ellos definen el corte de internet como “una interrupción intencional de Internet o comunicaciones electrónicas, que las hace inaccesibles o efectivamente inutilizables, para una población específica o dentro de una ubicación, a menudo para ejercer control sobre el flujo de información".
Según Access Now, los cortes de Internet suponen una amenaza para los derechos humanos en todo el mundo. En 2016, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución sobre la promoción y protección de la libertad de los usuarios en línea; a pesar de ello, los cortes de Internet a nivel mundial suceden y cada vez con mayor frecuencia. En una infografía de diciembre del año pasado, Access Now informó que los cortes de Internet en el mundo van en aumento: de 75 cortes en el 2016 a 188 cortes en el 2018.
Además, aseguró que Asia y África son las regiones mayormente afectadas por cortes de Internet; que el corte más largo fue de 230 días en Camerún; y que, mientras los gobiernos declaran que el motivo de los cortes se lleva a cabo para mantener la seguridad pública, existe en realidad el objetivo de interrumpir el servicio de Internet en respuesta a las protestas de la gente y, primordialmente, para mantener el control de la información que se genera en espacios virtuales como las redes sociales, por ejemplo. Los cortes de Internet también generan pérdidas económicas cuantiosas; según el site Atlas, el país que mayores pérdidas económicas ha enfrentado debido a dichos cortes es Marruecos con un acumulado de 320,5 millones de dólares.
Pero ¿cómo sobrevivieron los ciudadanos zimbabuenses a los últimos cortes de Internet? Una manera fue instalando en sus dispositivos aplicativos de VPN (virtual private networks) con conexiones o túneles virtuales a través de otros países que sí les permitían entrar al Internet. Solo de esa manera pudieron, por ejemplo, pagar el servicio de electricidad, el cual es masivamente prepago en ese país, así como ejecutar transacciones comerciales online, las cuales ahí también son masivas.
Hoy que en el Perú muchas organizaciones gubernamentales y privadas están trabajando arduamente en migrar muchos servicios para que se lleven a cabo online, ¿se imaginan qué pasaría si, de pronto, nos cortaran el Internet a nivel nacional? ¿Cómo y cuánto se perjudicaría a las empresas, al mismo Gobierno, a los servicios de emergencia, al periodismo, a los ciudadanos en general? ¿Qué pasaría si eso sucede en medio de una emergencia como un desastre natural? Si bien solo tengo algunas ideas para responder a estas preguntas complejas, espero que este artículo sirva para que reflexionemos sobre la importancia que ha cobrado el Internet en nuestras vidas y para que recordemos también que muchos de los grandes descubrimientos de la humanidad ocurrieron en tiempos pre-Internet.
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