Un equipo de RPP legó hasta las riberas del río Reque, en el centro poblado menor de Callanca, distrito de Monsefú, donde decenas de familias viven bajo el temor de perderlo todo ante la inminente llegada de nuevas lluvias. De los 8 kilómetros de ribera, apenas 850 metros cuentan con enrocado, mientras las obras de prevención siguen pendientes.
El centro poblado menor de Callanca perteneciente al distrito de Monsefú, en la región Lambayeque, es uno de los puntos más vulnerables durante la época de lluvias fuertes. Un equipo de RPP recorrió varias zonas del caserio, llegando al sector de Callanca Centro, donde unas 30 viviendas se encuentran a escasos metros del cauce del río Reque.
Los vecinos aseguran que cada temporada de lluvias viven el mismo drama: el agua se desborda, destruye cultivos y amenaza con ingresar a sus casas: “Todos los años es lo mismo, el río se lleva nuestras tierras y nos acercamos más al agua. Ya estamos en peligro”, contó Enrique Piscoya, uno de los moradores.
Los habitantes recuerdan que en el 2024 se realizaron trabajos de prevención menores, pero sin resultados efectivos. “Vinieron con maquinaria, amontonaron arena, pero el agua fue fuerte y se lo llevó todo. Necesitamos rocas, enrocado de verdad, para protegernos”, nos contó Toribio González, vecino del lugar.
El sector Valencia: 50 familias que resisten con desmonte
En el sector Valencia del mismo centro poblado la situación es aún más crítica. Al menos 50 familias viven al borde del río Reque, y ante la falta de obras de prevención, los propios pobladores han colocado montículos de desmonte como barrera improvisada y así evitar que al desbordarse el río, ingrese e inunde las viviendas.
“Estamos trabajando con desmonte, pero no es suficiente. Los vecinos no tienen dinero para pagar maquinaria pesada, que nos cobra 250 soles la hora”, explicó Manuel Tuyume Pisfil, regidor del centro poblado menor de Callanca.
Según la información brindada, el último enrocado de 480 metros fue ejecutado en 2024 por el Gobierno Regional de Lambayeque, pero el agua lo superó durante las lluvias de ese mismo año. En este sector también se espera la ejecucióin de defensas ribereñas antes que las lluvias se presenten con mayor intensidad: “Ya estamos en noviembre y las lluvias comenzaron. Si no refuerzan el enrocado, volverá a pasar lo de 2023 con el fenómeno del Yaku”, alertó Tuyume Pisfil.
Mientras tanto, los vecinos continúan rellenando los huecos con tierra y desechos de construcción, en un intento desesperado por frenar el avance del río.
Agricultura y turismo en riesgo
Durante el recorrido del equipo de RPP junto a pobladores y autoridades del sector, se comprobó que en los márgenes del río todavía se cultiva diversidad de hortalizas y verduras, las que son comercializadas en los principales mercados de la región, siendo el sustento de varias familias del sector.
Y, aunque los agricultores saben que las pérdidas son inevitables de presentarse lluvias fuertes, se siguen arriesgando: "Si llueve fuerte a fin de mes, se va a perder todo. Pero igual sembramos algo, por lo menos para sobrevivir”, contó uno de ellos.
Callanca no solo es una zona agrícola, sino también un punto turístico reconocido por su corredor gastronómico. Sin embargo, las lluvias y desbordes han afectado restaurantes y vías de acceso. Solo en el sector Valencia funcionan cuatro restaurantes cuyos propietarios buscan la forma de no verse afectados como en años pasados.
“Un restaurante ya perdió sus paredes, otro su área verde y su cancha deportiva. Los que quedan, como La Polita, El Pequeño Willy y El Milagro, también están en peligro”, indicó Tuyume.
Además de las pérdidas materiales, la amenaza de las inundaciones podría golpear el desarrollo turístico de Callanca, uno de los principales atractivos rurales de la provincia de Chiclayo.
“Aquí viene bastante gente, pero si las lluvias regresan, todo esto se va a perder”, advirtió una comerciante local.
Urge una intervención real
Los pobladores piden al Gobierno Regional de Lambayeque y a la Autoridad Nacional de Infraestructura - ANIN culminar las obras de defensa ribereña antes del inicio pleno de la temporada de lluvias: “Queremos maquinarias, enrocado real, que nos proteja de verdad. Ya no podemos seguir con promesas”, insistió Tuyume.
La zona sigue siendo altamente vulnerable y, según los vecinos, los trabajos realizados hasta ahora “han sido inútiles”. Las lluvias que se avecinan podrían volver a convertir a Callanca en el epicentro de una nueva emergencia.