Estudio revela que, en la zona sur, Puno y Madre de Dios son las regiones que menos aprueban la calidad de la democracia en el Perú; mientras que Apurímac es el departamento que mayor respaldo muestra a este sistema (23%). La presentación del sondeo se realizó este jueves 21 de marzo en la ciudad de Cusco.
El 84% de los peruanos de la zona sur desaprueba la calidad de la democracia en el país; mientras que solo el 14% muestra su respaldo a la calidad este sistema de gobierno, según el Estudio de Percepciones Regionales - Radiografía de la Democracia en la zona sur del Perú, realizado por Ipsos para IDEA Internacional.
El sondeo dio a conocer que Puno (7%) y Madre de Dios (11%) son las regiones en las que existe menor aprobación de la democracia, seguidos de Arequipa (15%), Cusco y Ayacucho (cada una con 17%). En tanto, Apurímac es la región que muestra una ligera aprobación de la calidad de este régimen en comparación con las zonas analizadas.
En cuanto a las actitudes hacia la democracia y el rol del Congreso de la República, en la zona sur, la encuesta mostró que 6 de cada 10 puneños sostiene que la democracia funcionaría mejor sin este poder del Estado. Solo Cusco (55%) y Madre de Dios (54%) tienen una valoración del Parlamento como una institución importante en el sistema democrático.
“A nivel nacional, uno de cada dos peruanos cree que la democracia funcionaría mejor sin un Congreso. En Puno, sube la tendencia a 6 de cada 10 y Apurímac, pese a que mantiene la tendencia nacional, es la región de la zona sur [que está más] a favor de mantener el funcionamiento de la democracia con un Congreso”, indicó Pamela Cantuarias, representante de IDEA Internacional, durante la presentación del estudio este jueves 21 de marzo en la ciudad del Cusco.
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Actitudes hacia un liderazgo autoritario
Sobre el liderazgo preferido por los peruanos, el reporte mostró que, a nivel nacional, 6 de cada 10 personas sugiere que el Perú requiere de un liderazgo fuerte que ponga orden y trabaje con mano dura. En el caso del sur, se evidencia una ligera diferencia.
“Una de cada dos personas del sur estaría a favor de contar con liderazgos de mano dura. Madre de Dios se apega a la tendencia nacional como Arequipa; mientras que en el Cusco se apoya a un líder concertador y dialogante”, precisó Cantuarias.
De acuerdo al estudio, en la Macrorregión Sur, el 26% de los encuestados señala que un gobierno autoritario es factible si los líderes democráticos hacen un mal trabajo; mientras que un 19% lo considera como opción para combatir la corrupción del Estado. Solo el 15% lo contempla cuando los servicios públicos (educación, salud) no funcionan; y el 14%, en situaciones de alta inseguridad ciudadana.
Causas y consecuencias de la crisis política
En su intervención, Cantuarias señaló que, en la zona sur del país, se hallaron tendencias similares a la perspectiva nacional, relacionadas a las consecuencias de las crisis políticas como al aumento de la desigualdad y pobreza, y la corrupción.
La encuesta mostró que Arequipa es la región donde la corrupción representa la mayor causa de la crisis política en el país (73%), seguido de la incompetencia de los líderes políticos y/o autoridades (40%).
En tanto, a nivel macrorregional, los efectos de la crisis política se enfocan en: afectar negativamente la economía familiar (63%), aumentar la sensación de inseguridad (22%) y disminuye la confianza en los políticos (28%).
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Desconfianza interpersonal y la necesidad de diálogo
Cantuarias recalcó que, según el sondeo, existe una desconfianza general de la ciudadanía no solo hacia a las autoridades, sino también hacia personas del entorno cercano. No obstante, al mismo tiempo, el estudio reveló “datos positivos sobre la posibilidad de los ciudadanos de sentarse a dialogar y reconocer escenarios y la búsqueda de soluciones”.
Por su parte, el politólogo arequipeño Gonzalo Banda señaló que la encuesta muestra que los ciudadanos no solo manifiestan una apatía hacia la política sino que creen que su comportamiento es cada vez más distante del poder y que no tienen los medios para conseguir cambios significativos.
“Cuando creen que con su voto no pueden hacer un cambio, el sistema democrático puede estar en peligro. (...) Es un momento en que hay que hacer un pare y dialogar”, precisó.
En ese sentido, Banda destacó que uno de los aspectos más importantes a resaltar del estudio es la presencia de soluciones, a través de los espacios de diálogo y concertación donde la ciudadanía tenga un rol participativo importante.
“Mucho se habla de reforma política desde Lima, la Comisión de Constitución, organizaciones gubernamentales (...), pero muy poco se piensa en la ciudadanía, en los espacios de diálogo”, afirmó.
El experto indicó que el Perú es un país “con una desconfianza interpersonal en crecimiento”, ubicándose este indicador como “el peor en América Latina”, y uno de los peores en el mundo.
“Las soluciones parten por hacer ejercicios de participación creativos, renovados, que la ciudadanía participe en los procesos de reforma política (...) Por cómo reinventar esos esquemas para que la ciudadanía sea parte. Hay que intentarlo, a través de cabildos abiertos, de pequeños públicos. Es una parte de la reforma política que todavía no se ha tocado (...) y la ciudadanía quiere organizarse para salir de la crisis política”, resaltó.
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