¿Te sientes frustrado con frecuencia? Descubre cómo identificar síntomas y estrategias para superarlo

En nuestra vida diaria, solemos enfrentamos a situaciones que no siempre salen como planeamos. Estos desafíos pueden surgir en cualquier aspecto, desde pequeños inconvenientes hasta grandes decepciones, y generan una respuesta emocional que a menudo nos resulta difícil de manejar: la frustración.

El psiquiatra Carlos Bromley ofrece una perspectiva sobre la frustración y cómo esta afecta nuestras vidas. Según el especialista, el poder entender lo que es la frustración es sumamente importante para poder ordenar nuestras emociones y de esa forma evitar que nos dominen en situaciones complicadas.

En la sociedad actual, donde las expectativas suelen ser altas, la frustración se ha vuelto una emoción que está siempre presente. Por ello, aprender a reconocerla y manejarla adecuadamente es importante para nuestras relaciones interpersonales y nuestro desempeño en diferentes ámbitos de la vida.

¿Qué es la frustración?

La frustración es una respuesta emocional negativa que experimentamos cuando nuestros deseos, necesidades o expectativas no se cumplen. Según Bromley, esta emoción se manifiesta como un "paquete" de sentimientos negativos que incluye ira, decepción, molestia, angustia, y en casos más severos, puede llevar a la depresión. 

Esta reacción emocional no solo está ligada a lo que queremos lograr, sino también a nuestra capacidad de tolerar la adversidad. La tolerancia a la frustración, según el doctor, está profundamente influenciada por nuestra personalidad y experiencias de vida.

"De acuerdo con la formación de la personalidad de cada uno de nosotros, podemos tener mayor o menor tolerancia a enfrentar ciertas frustraciones", afirma. Esto implica que la forma en que fuimos criados, el entorno en el que crecimos y las experiencias que vivimos durante la infancia y adolescencia juegan un papel crucial en cómo manejamos la frustración.

Principales síntomas que ocasiona una frustración

La frustración, cuando no se maneja adecuadamente, puede desencadenar síntomas que afectan nuestra salud mental. El doctor destaca que la primera reacción común es la negación, quiere decir, situaciones que nos impide aceptar lo que ha ocurrido. A partir de ahí, es común experimentar enojo, cólera, y hasta usar la violencia.

Estos síntomas iniciales pueden convertirse en problemas graves como la ansiedad, la depresión y el estrés. El especialista señala que la frustración puede afectar nuestras relaciones interpersonales, aumentar los temores, generar trastornos del sueño o del apetito. "Es un grupo de síntomas que nos discapacita para vivir una vida normal", advierte.

Además, la frustración crónica puede llevar a una sensación de desesperanza, donde uno siente que no tiene control sobre su vida o sus circunstancias. Esta falta de control hace que se eviten nuevas oportunidades o desafíos. Por lo tanto, es crucial reconocer los síntomas y buscar formas de enfrentarlos antes de convertirse en problemas más serios.

¿Hay personas que son más susceptibles que otras a sentir frustración?

Algunas personas parecen ser más susceptibles a experimentar frustración que otras. "Inclusive hay algunos especialistas que han estudiado estos temas, que hablan de que uno nacería ya con cierta predisposición a reaccionar de determinada manera frente a una frustración", explica Bromley.

El temperamento juega un papel importante en cómo respondemos a la frustración. Algunas personas reaccionan de manera abrupta y con irritabilidad, mientras que otras pueden manejar la situación con mayor calma. Sin embargo, subraya que la formación y las experiencias de vida también son cruciales. 

La susceptibilidad a la frustración también puede estar influenciada por el entorno social y cultural. Personas que han crecido en ambientes con alta presión para el éxito o que han experimentado traumas en la infancia pueden ser más propensas a sentir frustración ante los obstáculos.

¿A qué edad se suele dar la frustración?

La frustración puede manifestarse a cualquier edad, desde la niñez hasta la adultez. En los niños, la forma más común de frustración es el berrinche, que ocurre cuando no consiguen lo que desean de inmediato. Advierte que ceder ante estos berrinches puede enseñar a los niños a manejar la frustración de manera errónea, reforzando el comportamiento negativo.

En la vida adulta, la frustración también se manifiesta en relaciones interpersonales, como en las parejas, donde las promesas incumplidas pueden generar desilusión y conflictos. Según Bromley, es fundamental que desde temprana edad se enseñe a manejar la frustración de manera adecuada para evitar que se convierta en un patrón negativo en la vida adulta.

Además, la frustración en la adultez puede estar relacionada con expectativas no cumplidas en áreas como la carrera profesional, la vida familiar o las relaciones personales. El especialista señala que aprender a manejar la frustración desde una edad temprana es clave para una vida equilibrada y satisfactoria.

¿Cómo se maneja la frustración? ¿Es algo incontrolable?

Manejar la frustración es posible, y la clave está en aprender a ser realistas. Bromley enfatiza que un primer paso importante es analizar nuestras expectativas y las promesas de los demás de manera crítica. "El primer aprendizaje es ser realistas con uno mismo y con los demás, para no tener muchas expectativas", aconseja.

El psiquiatra también sugiere que debemos evitar las falsas ilusiones y adoptar un enfoque de optimismo realista. Esto implica aceptar que no todo siempre saldrá como planeamos y estar preparados para buscar alternativas cuando enfrentamos obstáculos.

La capacidad de manejar la frustración de manera efectiva no solo mejora nuestra salud mental, sino que también nos ayuda a ser más resilientes y a enfrentar la vida con una actitud más equilibrada.