La inseguridad alimentaria se ve agravada por eventos climáticos como el Fenómeno El Niño, las crisis económicas y el crecimiento poblacional. ¿Qué iniciativas existen para enfrentarla?
El Fenómeno El Niño ya ha empezado a causar impacto en las zonas más vulnerables del país, lo que ha llevado al Ejecutivo a declarar en emergencia a 96 distritos de 15 regiones por las intensas lluvias. Previamente el Ministerio de Economía estimó que el impacto de este fenómeno en la economía peruana podría traer pérdidas de hasta S/ 18 600 millones.
Para enfrentar un evento como este lo clave es tener comunidades organizadas, en las que los ciudadanos y vecinos sepan cuáles son sus roles y que se abastezcan de recursos para atender la emergencia, sugiere Carolina Trivelli, exministra de Desarrollo e Inclusión Social e investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
“La ayuda va a llegar si sucede una emergencia, sin duda, pero hasta que llegue, la comunidad debe saber qué personas deben llegar al refugio o planificar el punto de encuentro”, comenta. En esa línea, agrega que lo que diferenciará a las comunidades más cohesionadas y preparadas es que, pasada la emergencia, van a poder iniciar un proceso de recuperación y de reconstrucción.
Asimismo, es importante recordar que tener una comunidad preparada y sostenible ayuda a que podamos enfrentar otras consecuencias que deja este fenómeno como la inseguridad alimentaria, que además está siendo agravada por el crecimiento poblacional, conflictos bélicos y la inflación que arrastramos por la pandemia.
Ollas comunes resilientes
Luego de la pandemia, las ollas comunes tanto en Lima como en el país comenzaron a resurgir y a organizarse para hacer frente a la crisis alimentaria. Actualmente existen 3,500 a nivel nacional, siendo Lima Metropolitana el lugar que congrega a la mayoría de estas, según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
Para garantizar la sostenibilidad de las ollas comunes, nació la iniciativa “Ollas que Desarrollan”, promovida por Alicorp junto a la ONG Juguete Pendiente que, a la fecha ha entregado más de 3 millones de raciones alimentarias y benefician a 32 mil personas diariamente, cuenta Dora Vallejos Vega, gerente de comunicación externa de Alicorp.
“Trabajamos con 390 ollas comunes en atender la necesidad inmediata de tener acceso a alimentos de calidad y en la cantidad necesaria. Pero también brindamos capacitaciones para desarrollar habilidades en las lideresas de estas ollas a nivel de empoderamiento y de gestión de los alimentos”, detalla Vallejos.
De esta manera, logran que los platos estén mejor distribuidos nutricionalmente además de llevar la contabilidad de los ingresos por cada una de estas raciones. “Lo que buscamos es que las lideresas trabajen en la autosostenibilidad de sus espacios y que puedan desarrollarse junto a sus comunidades. Estamos enfocados en que ellas logren generar ingresos y que no dependan únicamente de las donaciones de otros”, señala.
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