Tenemos una brecha de más de 300 millones de soles en infraestructura de servicios básicos, según el Ministerio de Economía y Finanzas. ¿Cuál es el rol del gobierno y las empresas para reducirla? Aquí lo explicamos.
El 2024 es un año en el que el Perú puede conseguir logros importantes en materia de sostenibilidad. Las empresas y el gobierno, en ese sentido, tienen un rol crucial para promover prácticas que contribuyan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. La integración de este tipo de prácticas no solo ayuda al bienestar del planeta, sino que también fortalece la reputación de las empresas e instituciones y su capacidad de atraer a consumidores cada vez más comprometidos con la sostenibilidad, así lo indica Cristian Bustos, CEO de Beeok.
“Las empresas debemos mantener la sostenibilidad en el centro de estrategia y modelos de negocio. Muchas enfrentarán desafíos en gestión de la huella de carbono, por ejemplo, como también con el cumplimiento de la legislación, manejo de residuos, huella plástica e hídrica, entre otras”, señala en un comunicado.
Por otro lado, Aldo R. Defilippi, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Americana (AmCham) del Perú, destaca la importancia que se le está dando a los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa, más conocidos como ESG, por sus siglas en inglés.
“La inclusión de ESG no solo se da en la planificación de las empresas, sino también en los criterios de inversión. Hoy los inversionistas toman en cuenta los aspectos de sostenibilidad al momento de tomar sus decisiones. Grandes fondos como BlackRock han sido muy claros al comunicar ese tipo de decisiones y fondos a nivel local están tomando las mismas consideraciones”, explica para la revista Stakeholders.
Retos en infraestructura e innovación
Según el Plan Nacional de Infraestructura Sostenible para la Competitividad 2022 – 2025, elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), nuestra brecha de infraestructura de acceso básico es de S/ 363 452 millones y requiere obras en sectores como Transportes, Agua y Saneamiento, Salud y Comunicaciones.
Se debe priorizar la atención de servicios básicos en cada región, y mejorar el rol de los ministerios y de los gobiernos regionales y locales. Darío Zegarra, presidente del consejo directivo de la Alianza Obras por Impuestos (ALOXI) sostiene que uno de los principales problemas en el país en cuanto a infraestructura es “el diseño inadecuado de los perfiles y expedientes técnicos. Si algo no empieza bien, no puede terminar bien”, enfatiza.
Por ello, los tomadores de decisiones deben estar especializados y ser capacitados para tener una cartera de proyectos bien diseñada y planificada, con análisis rigurosos de los costos y los plazos. “Es necesario sensibilizar al sector público sobre el costo-beneficio de incorporar una planificación adecuada y tomar en cuenta componentes ambientales y de resiliencia al cambio climático”, señala.
Retos medioambientales
Nuestro país tiene 84 de los 114 microclimas existentes en el mundo y el 70 % de la biodiversidad del planeta, según el Sernanp. A esto, se le agrega que figura entre los 17 países megadiversos del mundo y es el segundo con mayor extensión amazónica (13 %) después de Brasil (60 %). Pese a ello, según Sandor Lukacs de Pereny, profesor de ESAN Graduate School of Business, el Perú afronta amenazas ambientales que requieren no solo de la intervención de las empresas, sino también del Estado peruano.
“El Environmental Performance Index (EPI) 2020 clasificó la situación ambiental del Perú en el puesto 22 de un total de 32 países latinoamericanos y en el puesto 90 de 180 países de todo el mundo. Entre las razones halladas en este y otros estudios o reportes, advertimos cuatro retos medioambientales de mayor preponderancia: gestión del agua, deforestación, biodiversidad y residuos sólidos”, detalla el especialista.
Para resolver este desafío se necesita una mayor cooperación público-privada, sostiene Lukacs de Pereny. “Por ejemplo, incentivar el uso de tecnologías ambientalmente amigables, potenciar obras (verdes) por impuestos y/u otorgar beneficios fiscales por reforestación y limpieza de mares y ríos, entre otras alternativas. El sector privado, por su parte, tiene la oportunidad de continuar alineando sus objetivos de negocio con aspectos de interés público, una tendencia que, felizmente, va en aumento”, comenta.
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