Una de las frases célebres que está dejando la pandemia es “plan económico sin precedentes”, mencionada por nuestra ministra de Economía, María Antonieta Alva Luperdi, quien lidera el reto de salvaguardar la economía nacional. La pregunta es si una visión macroeconómica es suficiente para lograrlo.
Desde esta columna queremos contribuir a este fin proporcionado algunas recomendaciones desde la mirada del ecosistema del emprendimiento y la innovación, en pos de una reactivación empresarial en el mercado que brinda la Alianza del Pacífico y la economía global.
Cada uno de los actores del ecosistema tenemos un rol que desempeñar que va más allá de nuestro quehacer diario. Debemos prestar atención a que el futuro empieza con nuestras acciones de cada día y en este contexto debemos de entender que el ecosistema somos todos, hagamos un repaso de nuestras recomendaciones:
1.- El Estado: Hoy programas estatales como Innovate Perú y Start Up Perú son casos de éxito. Nos muestran que su continuidad en términos de recursos depende mucho de la estabilidad económica y la necesidad pública, como en este caso, donde nadie discutirá que la pausa responde a que los recursos deben atender esta emergencia nacional. Mientras esto sucede ocurre una pausa en la generación de nuevas iniciativas que salen al mercado gracias a los recursos no reembolsables que proveen estos programas. La recomendación es invitar a que estos programas hagan un llamado al sector privado para cofinanciar este tipo de programas. Gremios como la CONFIEP, la Sociedad Nacional de Industrias, la Cámara de Comercio de Lima, entre otros, son los llamados a aprender de las buenas prácticas adoptadas por estos programas del Estado y proveer de fondos de sus agremiados para generar innovación desde el mismo mercado. Recordemos que el emprendedor tiende a “fallar rápido, fallar barato” actuando como un laboratorio vivo de innovación.
2.- Plataformas de innovación abierta: A nadie le cabe duda que el mundo digital prevalece en la mayoría de actividades. En marzo, los proyectos de probar el teletrabajo se llevaron a cabo de manera obligatoria como resultado del confinamiento. Hemos aprendido que podemos comprar, vender, investigar, comunicarnos, reunirnos, tomar clases por Internet y que se pueden aprovechar de muchas formas las herramientas tecnológicas para lograr los objetivos personales, profesionales y empresariales. Es en este contexto, que las plataformas de crowdsourcing o plataformas de innovación participativa permitan invitar a los colaboradores o invitar al mercado para que presenten soluciones a un reto planteado por la organización podría traer resultados realmente sorprendentes. Retar al mercado hoy más que nunca es una oportunidad para reducir los riesgos de implementar soluciones nuevas, además, acelera los procesos de innovación y acota los presupuestos para soluciones específicas. Hace poco una institución financiera utilizó una plataforma crowdsourcing.pe e invitó al mercado a presentar soluciones de reactivación para los pequeños empresarios. El resultado fue sorprendente, 104 postulaciones provenientes de varias regiones del país y cuatro del exterior. Hubo cinco finalistas y un ganador cuya solución se alinea con la propuesta de la institución convocante.
3.- Financiación colectiva: Esta pandemia también nos ha mostrado que las plataformas de financiamiento participativo o crowdfunding son herramientas para completar la financiación de los emprendedores. Bajo la modalidad de microdonaciones o micromecenazgo se han cubierto los costos y gastos a iniciativas que tienen en común una comunidad identificada y un propósito de apoyo. Esta modalidad de financiación tiene a su vez dos modalidades que requieren ser reguladas, como los préstamos y la compra-venta de acciones de las empresas de los emprendedores. La primera, por lo general, atiende a microempresarios y personas que consolidan deuda; mientas que la compra-venta de acciones de las empresas (equity) atiende por lo general a emprendedores que están validando sus modelos de negocio y por lo tanto no es sano ofrecerles préstamos. Esta es una gran oportunidad de recurrir una vez más al mercado para que, a través de muchos pequeños aportes, nuevas empresas contribuyan con la economía formal. Se trata de una democratización del financiamiento y de la oportunidad de invertir sin pasar necesariamente por las instituciones tradicionales. En enero de 2020 salió el DU 13-2020, que regula estas plataformas, y estamos a la espera que antes de terminar este año, la Superintendencia de Mercado y Valores (SMV) haga pública su reglamentación.
4.- Ámbito regulatorio: En este ámbito debemos mencionar tres temas distintos, de acuerdo con su alcance. El primero, y de más corto plazo, es la necesidad de que nuestros reguladores y entidades del gobierno se capaciten sobre las últimas tendencias de innovación, su regulación e implicancias en el desarrollo de los mercados y su impacto en la microeconomía. El segundo es atender el reto de ser proactivos y promover una regulación que permita fluir la innovación. La población joven ansía estos cambios y comparará lo que sucede en otros mercados de similar grado de desarrollo. El tercer y más grande reto es la identidad digital. Llevar a cabo este proyecto debería ser una prioridad para un Gobierno de esta época, la falta de poder identificar a los ciudadanos para el otorgamiento de subsidios evidencia no sólo una economía informal, sino la falta de una decisión firme para avanzar en este sentido. Una población identificada es una población formal, digital y del futuro.
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