El parque automotor en el Perú es de 2.6 millones de vehículos, el cual es pequeño para una población de 31 millones de habitantes, lo que nos da una tasa de motorización de un vehículo por cada 11.9 personas. Adicionalmente, nuestro parque automotor tiene una antigüedad promedio de 13 años, presentando un riesgo potencial de accidentes y contaminación.
Los principales combustibles utilizados son la gasolina, el diésel y el gas. Los vehículos híbridos tienen una bajísima penetración por su alto costo y los 100% eléctricos han comenzado a incursionar en el país, pero sólo como vehículos menores.
A nivel de oferta hay 18 empresas que la concentran, con una facturación anual al 2017 de USD 3,545 millones, la cual incluye autopartes. En vehículos livianos, de los 141,773 que se importaron en 2018, la marca líder es Toyota (18%), seguida por Hyundai (14.3%) y Kia (10.8%). El segmento de vehículos pesados, con una importación en 2018 de 17,594 unidades, es liderado por Mercedes Benz (12.2%), seguido por Mitsubishi (10.6%) y Volvo (9.1%). En ambos segmentos se ve el crecimiento de participación de vehículos chinos, aunque estos son percibidos de menor calidad que los de orígenes tradicionales.
El segmento de vehículos menores lo lidera Honda (15.8%). Lo sigue la marca india Bajaj, con una participación del 14.6%, y las marcas chinas, que tienen una muy importante participación de mercado.
El subsector de mantenimiento de vehículos automotrices es una fuente importante de empleo en el Perú. Solo las principales marcas tienen 353 talleres con 15,345 técnicos calificados en sus planillas. Se estima que a nivel nacional hay 120,000 técnicos calificados en este sector, sin considerar la mano de obra no calificada, el personal administrativo y el creciente negocio de los “car wash”. Debido a la sofisticación de los vehículos modernos, cada vez se requiere personal más capacitado y los técnicos automotrices, en un futuro cercano, serán sustituidos por los mecatrónicos automotrices.
La evolución en el sector, en los últimos años, pasa por la conversión de los vehículos a gas, lo que permitió una importante eficiencia en costos tanto para el transporte público como privado. Continúan los vehículos híbridos, los cuales no logran posicionarse en el mercado local por su alto costo, para luego ingresar a los vehículos eléctricos, cuyo abanderado Tesla no tiene planeado aún ingresar a este mercado pese a abastecerse de parabrisas desde el Perú. Finalmente, el desarrollo de vehículos autónomos que no requiere conductor ya es una realidad, pese a algunos accidentes en su etapa experimental.
Los grandes retos del sector son reducir la incidencia de accidentes, reducir la contaminación ambiental, incrementar la comodidad y el confort, economizar el tiempo de traslado, liberar espacios en vías y reducir el costo del transporte para el usuario.
Ante estos retos la tendencia es ir a vehículos eléctricos y autónomos, los cuales tienen cero emisiones y protegen el medio ambiente. La venta de vehículos eléctricos crecerá en todos los mercados, especialmente en Europa, EE.UU. y China. La reducción del costo de las baterías de litio los hará más accesibles a los diferentes estratos de consumidores en los próximos diez años.
En cuanto a los vehículos autónomos, estos ya se están fabricando y se espera que se vendan diez millones de unidades el 2020 y, el 2030, el 15% de los vehículos podrían ser autónomos.
En nuestro país, para el ingreso de vehículos eléctricos es necesario implementar estaciones de carga rápida. Solo en la carretera Panamericana, entre Tumbes y Tacna, serán necesarias 500 estaciones.
Los cambios en el sector vienen rápidamente y el sector académico tiene como reto preparar profesionales altamente capacitados para dar soporte y mantenimiento a esta nueva era del transporte.
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